Existen
opiniones que aseguran que la escultura colocada sobre el entablamento del muro
gótico de la catedral es la imagen grotesca de un moro, colocado allí por algún
motivo especial. Este pudo tratarse de un Bafomet, o representación de Dios
para los templarios, que estaría dando un carácter sagrado a la greca gótica
que presenta el muro. Otros sostienen que la cabeza puede ser un judío.
La
escultura presenta la imagen de una persona sentada al estilo moro, inclinándose
hacia delante y sujetándose los pies con las manos. Los labios se encuentran
apretados, como indicando el secreto que debe guardar el iniciado que descifre
el contenido de la cenefa cuya dirección señala. La nariz se encuentra cercenada,
según la leyenda, por un niño que apareció muerto al día siguiente tras una
crisis de locura.
A
finales del siglo XIX, unos niños conocedores del encantamiento maléfico que
pesaba sobre la pequeña figura, decidieron pasar bajo la imagen demoníaca, algo
impensable antiguamente. Las personas que por allí transitaban le recomendaron a
los niños que dejaran de pasar por este punto, como si les fuera la vida, y los
niños continuaron pasando bajo esta como si nada.
De
vuelta a su barrio, los niños fueron recibidos como héroes por otros pequeños. Enterados
sus padres de lo acontecido, les recriminaron duramente su actitud y los castigaron
con volver a ese lugar. Pasado un tiempo, los niños regresaron a la zona en
compañía de aquellos niños que dudaban de su anterior hazaña. Llegados al
punto, los niños comenzaron a pasear bajo la Mona y, uno de ellos, cogió varias
piedras y las lanzó con más o menos fortuna hacia la imagen del judío,
impactando contra la nariz, cercenándosela.
A
los pocos minutos, ese mismo niño comenzó a sudar y a sentir escalofríos. De
vuelta a casa, los padres llamaron al médico. Éste le aplicó ungüentos y
cataplasmas y le hizo ingerir pócimas y brebajes, pero el niño continuaba
convulsionando en la cama entre gritos. A la mañana siguiente, fue su propia
madre la que encontró el cuerpo sin vida de su hijo.
También existe otra leyenda que comenta que cualquier estudiante que haya estudiado y después insulte a la Mona, aprobará.
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