viernes, 31 de diciembre de 2021

Barrios de Jaén: Ejidos de Santa Isabel

La capital del Santo Reino siempre ha estado rodeada de ejidos que tanto han dado de comer a los vecinos de nuestra ciudad. Uno de ellos era el de Santa Isabel, bautizado así por la desaparecida ermita fundada en el siglo XV, justo a la derecha del camino que llevaba a Martos y a Córdoba, cercano a lo que luego fue la Granja-Escuela.

La zona fue ocupada por familias humildes que vivían en condiciones infrahumanas en las cuevas creadas por ellos mismos con mucho trabajo. Para tomar altura se abría una zanja a cielo abierto en cuyo extremo se excavaba la puerta y la propia cueva con una superficie que oscilaba entre los 16 y los 75 metros de longitud. La única luz que entraba en el interior de las mismas era la de la propia puerta, por lo que no era de extrañar que la vida cotidiana de sus residentes las realizaran al aire libre.

Tras la guerra civil, Ayuntamiento, Diputación Provincial y Delegación Sindical se hicieron cargo de la construcción de viviendas de bajo coste para entregarlas por sorteo a obreros que participaran en los trabajos de las mismas, solventando de este modo las enormes carencias que soportaban estas familias. Eran casas unifamiliares muy sencillas con trazado semicircular adaptadas a la pendiente del terreno.

A medida que se iban edificando nuevas viviendas unifamiliares, a mediados del siglo XX, se construyó una iglesia bajo la advocación de Santa Isabel sobre la plaza que lleva su nombre gracias al arquitecto Ramón Pajares Pardo, además de unos locales destinados a unas escuelas.

En los años 70, en el terreno existente entre la Avenida del Ejército Español, barrio de Santa Isabel y Avenida de Andalucía, fue elegido para construir bloques de pisos para familias de clase alta con una altura aproximada de siete plantas y grandes espacios interiores, uniendo de este modo la barriada con el centro de la ciudad. Por este tipo de construcciones desapareció un barranco procedente de La Magdalena, popular barriada de Jaén.

Con la expansión del barrio nacieron complejos emblemáticos que hoy en día se mantienen en pie a pesar de los innumerables proyectos que han existido para su cambio de sede. La Residencia Sanitaria Capitán Cortés se edificó por encima del destruido paraje de Marroquíes Bajos en los años cuarenta. Por culpa de estas operaciones urbanísticas desaparecieron yacimientos arqueológicos de la Edad de Bronce, restos arqueológicos romanos, un ciervo de bronce, un gran mosaico semicircular dedicado a la diosa Thetis y demás fragmentos de otros mosaicos de gran valor arqueológico.

El complejo hospitalario vio como en los años setenta, sobre su terreno, nacieron el Centro de Diagnóstico, Centro Materno-Infantil y la Escuela de Enfermeras. Junto a este recinto se diseñó también en los años cuarenta la casa-cuartel de la Guardia Civil, activa en pleno siglo XXI.

viernes, 24 de diciembre de 2021

De leyenda: La Mora del Archivo Histórico

Año 1155, Alfonso VII El Batallador vino a sitiar Jaén tras haber tomado Andújar. Loco por conquistar la entonces Cora de Yayyan, ordenó a sus capitanes que vigilaran y cerraran el paso de los caminos que llevaban a la ciudad. En esa ocupación se encontraba don Fernán Ventúrez, responsable del camino de Granada.


Una mañana, éste comenzó a investigar las defensas enemigas, adentrándose en las huertas que riega el arroyo de Valparaíso, burlando la vigilancia de unos soldados árabes que, sentados, controlaban los movimientos de las tropas cristianas.

De repente, una joven mora que se encontraba en compañía de otras tres muchachas, se topó de frente con el flamante capitán quien, sorprendido por la belleza de la joven, quedó enamorado de esta. La chica también se quedó prendada del muchacho, hasta el punto que ésta permaneció inmóvil. Don Fernán le regala una rosa blanca a la joven, invitándola a marcharse junto a los suyos. Ella, avergonzada, tapa con una gasa su cara y se marcha con las demás adolescentes.

Al día siguiente, el Capitán regresa al mismo punto para provocar otro encuentro. En esta ocasión fue él quien la sorprendió, ofreciéndole una nueva rosa blanca, besando la muchacha sus pétalos. Durante tres días los jóvenes concertaron citas a solas, aumentando el sentimiento común entre ambos.

Pero no todo iba a ser color de rosas, nunca mejor escrito, puesto que la joven mora fue delatada por una de sus acompañantes. Apenas había rebasado la puerta de Granada, un piquete de soldados siguió a la joven hasta el árbol del amor, y sorprendiendo a los enamorados, los guardias los capturaron y los apresaron en el palacio real donde el Capitán fue conducido a las mazmorras del palacio, hoy Archivo Histórico, mientras ella fue encerrada en una habitación de la residencia árabe.

La joven estuvo durante días pidiendo información sobre su amado, y ante la negativa que recibía, lamentaba una y otra vez, entre sollozos, lo desgraciada que era. Una mañana dejaron de oírse esos lamentos. En el centro del jardín del palacio se construyó una fosa, presumiblemente donde se iba a enterrar el cuerpo sin vida de la joven dama.

Desde ese día, muchas personas han confesado haber visto la figura de una joven mora de ojos verdes, con gasa de delicados bordados y pedrería sobre su rostro, pasear por el claustro del convento, o buscar por las mazmorras que pudo existir en el lugar a su amado.

Recientemente, un estudiante que visitaba esa galería, comentó que nunca más accedería a la misma. Otra tarde, unos albañiles que se quedaron solos salieron despavoridos del recinto, confirmando que jamás volverían a su punto de trabajo. E incluso un pintor prefirió perder el empleo a seguir con sus obligaciones.

En una ocasión se tomó una fotografía al fondo del corredor de la galería alta, apreciándose una figura transparente de una entidad a modo de mujer vestida con gasas o túnica oscuras. La fotografía, misteriosamente, desapareció.


viernes, 17 de diciembre de 2021

Jaén y deporte, deporte y Jaén: GAB Jaén

Grupo de Amigos de Balonmano Jaén, más conocido como GAB Jaén, es un equipo fundado en 1992 heredero de aquel B.M. Jaén que jugó en División de Honor en los años 80. En la actualidad cuenta con una potente cantera tanto masculina como femenina que va desde juveniles hasta benjamines, todo ello sin contar con los equipos senior de ambas modalidades.

Todo comenzó en la temporada 1976-1977 cuando nace el primer equipo de la capital del Santo Reino dedicado al balonmano en las modalidades masculina y femenina. Sus primeros campeonatos fueron a nivel provincial. Pronto los chicos consiguieron ascender a la primera división, logrando que explotaran el verdadero boom por esta disciplina entre los vecinos de Jaén. Las chicas, en cambio, siempre sufrieron una trayectoria bastante irregular.

El debut en División de Honor se produjo en la temporada 1979-1980 frente al Futbol Club Barcelona como protagonista. A partir de este momento, se empezaron a reestructurar las categorías base del club, con la incorporación de un equipo cadete, otro juvenil y uno de segunda.

En la temporada 1981-1982 comenzó a fraguarse la desaparición del Balonmano Jaén, A raíz de este hecho, en abril de 1992, un grupo de gente, viendo que el balonmano en Jaén estaba casi olvidado, se reunieron para intentar poner en marcha un proyecto que recuperara aquellos años gloriosos del balonmano en nuestra ciudad.

Durante estos últimos treinta años han sido muchas las personas que han colaborado para mantener viva la llama del balonmano en la capital del Santo Reino, siendo aun en la actualidad pilares fundamentales para que este sueño no desaparezca tal y como sucedió a mediados de los años ochenta.


viernes, 10 de diciembre de 2021

Personajes ilustres de nuestra tierra: Sor María de Gracia

Sor María de Gracia fue una mujer que vino a Jaén a finales del siglo XV acompañando a Isabel la Católica durante su intento por reconquistar Granada en aquellos años prósperos para nuestro país. Era una mujer muy humilde, sencilla, leal y protectora de los suyos. Fue fiel defensora de la monarquía y de sus creencias religiosas.


Fue tanto el cariño que procesó a nuestra ciudad que decidió ingresar como hermana en el Convento de Santa Clara de la capital del Santo Reino. Durante su estancia en el recinto religioso, nuestra protagonista pedía una y otra vez con fervor volver a ver el mundo con los ojos de su niñez y, al parecer, el milagro se obró.

Ella tenía una gran devoción al Nacimiento del Niño Jesús. Por Navidad siempre buscaba por el barrio a un recién nacido. Su finalidad era ir casa por casa para pedir limosna, o lo que es lo mismo, ropa y sustento. Luego, celebraba una pequeña procesión por el interior del convento para ofrecérselo a la Virgen María y, al terminar, devolvía al bebé de nuevo a su madre con la conocida Cesta de Primera Postura, o lo que es lo mismo, con todo lo recaudado de las limosnas pedidas.

Por desgracia, nuestra protagonista vio finalizar su vida en 1538, rodeada de aquellas hermanas que vivían día tras día con ella en ese recinto que tan feliz hizo a una mujer que siempre velaba por el bien de todo aquel que necesitara de su ayuda, de su amor y de su comprensión en esa centuria tan dura en nuestra ciudad como lo fue el siglo XVI.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Crimen de la Catedral

El pasado 3 de julio de 2006, sobre las 3:30 de la madrugada, se escucha en la Plaza Santa María el siguiente grito: Ven aquí Satanás, que soy tu hermano.

Poco después fue encontrado en dicho espacio el cuerpo sin vida de Francisco de la H. M., natural de Jaén, de 59 años, desnudo, con la cabeza sobre un montón de excrementos y plumas de paloma, y una bolsa de plástico transparente con los mismos deshechos sobre la espalda. La víctima murió de una insuficiencia cardiaca que le provocó la caída accidental que acabara con su vida.

Se dice que sobre esa hora, en la plaza, se encontraba un joven alto que llevaba una camisa de cuadros y que aparece fugazmente en las cámaras de seguridad que se encuentran colocadas en el edificio municipal del Ayuntamiento de Jaén. A esta persona se la ve doblando la esquina hacia la calle Bernabé Soriano. Nunca se supo de la identidad de esta persona.

La noticia llegó a tener repercusión nacional, asegurándose que todo formaba parte de algún rito satánico.

La policía cerró el caso con la hipótesis de que Francisco H. M. había muerto por una caída accidental, y que probablemente un compañero de juerga quiso gastarle una broma desnudándolo y rociándolo con excrementos para ver qué pasaba cuando despertase. Sólo que no despertó.