viernes, 26 de noviembre de 2021

El posible origen del lagarto de Jaén

El trasfondo de la leyenda del lagarto de la Magdalena, de la Malena o de Jaén radica en que el diseño de la ciudad antigua se asemeja al cuerpo de un enorme dragón, es decir, los principales puntos de esa constelación del dragón se asemeja a los espacios donde se encuentran levantadas las principales iglesias de la capital del Santo Reino.


La leyenda habla de un gran lagarto que se escondía en una cueva cercana al raudal de la Magdalena que atemorizaba a la población y que fue asesinado por un héroe haciéndolo reventar con explosivos. Ésta es una variante más de una extendida leyenda continental que habla de un dragón vencido por un héroe. La diferencia entre la leyenda general y la de la capital es que, en esta última, el dragón tomó forma de lagarto o cocodrilo.

Este mito tiene tanta repercusión sobre nosotros que de hecho se encuentra representado en el escudo de la Catedral de Jaén, grabado en piedra en la Antesacristía, donde se puede ver a la Virgen María con el niño en brazos, sentada en un banco o trono, encima de un dragón que está posado en un monte rodeado de murallas. La escena parece transmitir que la Virgen María domina al dragón sin mayor problema, mientras que el monte con murallas parece dibujar la ciudad de Jaén. Quizá quiera transmitir este escudo algún secreto de nuestra ciudad vieja.


Para centrarnos en la geografía urbana de la ciudad, el casco antiguo se sitúa en el lado este del cerro de Santa Catalina, alargándose dirección norte-sur bordeando la ladera del monte. Era un espacio protegido por murallas, que luego se amplió para salvaguardar el arrabal de San Ildefonso. La ciudad siempre ha sido atravesada por un eje vertebral, antiguamente conocida como Maestra Baja, que discurría entre la Plaza de la Magdalena y la Plaza de Santa María.

Anexa a ésta se encuentra la Iglesia de la Magdalena, el Convento de Santo Domingo, la Iglesia de San Juan, la Iglesia y Santa Capilla de San Andrés, la Iglesia de San Bartolomé, el Arco de San Lorenzo, la Iglesia de la Merced y la renacentista Catedral de Jaén. Fuera de la ecuación se encuentran la desaparecida Iglesia de San Lorenzo y la Iglesia de la Merced, al pertenecer éstas a otro eje importante antaño llamado Maestra Alta.


Si se unen en un mapa estos puntos mediante líneas rectas se obtiene una figura muy parecida a la constelación del Dragón. Ésta incluye una prolongación definida como cola del dragón. Si esa línea, sobre el mapa, se dibujara, daría a parar al Castillo de Santa Catalina, espacio donde se encontraba la iglesia más antigua de Jaén, la desaparecida Parroquia del Salvador.

La apariencia que se dibuja sobre el plano de la ciudad es más alargada que la de la constelación, pero es parecida en forma, proporciones y ángulos respecto a la figura original que se forma entre las líneas que unen los distintos puntos.

La razón por la que nuestro supuesto dragón sea un poco más alargado se debe al denominado numero de oro. Por lo tanto, nuestro dragón sería de oro, y como este animal quería ser aún más grande, se puede decir que su extensión puede llegar hasta la Basílica Menor de San Ildefonso, donde se encuentra la patrona de la ciudad, la Virgen de la Capilla.

Si se unen los cuatro puntos extremos del dibujo, es decir, La Basílica Menor de San Ildefonso, la Catedral de la Asunción de Jaén, la Iglesia de la Merced y la Iglesia Parroquial de la Magdalena también veríamos dibujado sobre el mapa la conocida como Cruz de Oro. De hecho, son los únicos templos del Jaén Antiguo que tienen torres con campanarios o remates octogonales y están bajo la advocación o culto de Santas Marías.

En la parte exterior de la Antesacristía de la Catedral de la Asunción, en la fachada junto a la Portada Meridional dedicada a esta, existe otro escudo catedralicio en el que el dragón tiene alas y la Virgen con el Niño está sentada en las nubes, al contrario que en el otro grabado anteriormente explicado. Por tanto, se puede deducir que la imagen de la Virgen de la Capilla está representada en ese escudo, quizá demostrando que la Iglesia de San Ildefonso es una pieza clave de este misterio y que el escudo informa del extraordinario diseño de la ciudad que aún se mantiene en pleno siglo XXI.

viernes, 19 de noviembre de 2021

Jaén en la II República: La enseñanza normalista y primaria de Jaén


En la segunda república española la educación normalista vivió verdaderas épocas de esplendor. En un principio se fusionaron las dos escuelas normales cimentando así la Escuela de Magisterio primario. De este modo, los profesores participaron en la experimentación de innovaciones didácticas y en el desarrollo de la vida cultural de la provincia a través de conferencias, visitas a Museos y cursos de ampliación.

Frente al carácter culturalista de los planes educativos anteriores, el sistema docente republicano haría especial hincapié en el aspecto profesional. Para ello se buscaba que los profesores estuvieran mejor preparados para trabajar en las Escuelas Normales, exigiéndoles poseer bachillerato y haber estudiado materias tales como Psicología, Paidología y otras metodologías especiales.

Estos estudios gozaron en Jaén de un predicamento especial entre aquellos profesores de ideología cercana al gobierno republicano y los que eran simpatizantes de las corrientes conservadoras que defendían los nuevos estudios.

Entre los profesores que formaban parte de las Escuelas de Magisterio Primaria se encontraban Enrique Esbrí, Antonio Pasagali, María Dolores y Aurelia García Andoaín, Pedro Lópiz Llópiz, Martín Noguera, Victorina Asenjo, Pilar Sarrablo, Heliodora Cruz y muchos otros que manifestaron continuamente su preocupación por la buena marcha de las enseñanzas. De hecho, prestaron su colaboración a todo tipo de actividades sociales tales como el ropero o la cantina escolar.

Aunque en las Escuelas Normales situadas en la zona rebelde abolieron todas las medidas innovadoras de la República al inicio de la guerra civil, en la capital del Santo Reino se mantuvieron dichas enseñanzas hasta el final del conflicto bélico, aunque con ciertos ajustes, ya que los republicanos expulsaron de las aulas a aquellos profesores que no eran afines al gobierno. Es por ello que también, entre 1936 y 1939, se formaron a maestros antifascistas para que fueran capaces de comprender el significado de la lucha contra los militares y las ansias de liberación del pueblo.

Una vez acabado el conflicto bélico las medidas represoras vendrían del bando contrario y los profesores fueron sometidos a otra depuración. Muchos habían fallecido durante la contienda o habían tenido que huir mientras que otros profesores sufrieron con la depuración el consiguiente traslado. Todos tuvieron que demostrar su buena conducta, probar que carecían de antecedentes político-sociales y justificar no pertenecer a partidos de izquierdas.

Las asignaturas aprobadas durante el período republicano quedaron invalidadas y el Plan de Estudios vigente, suprimido. El edificio de la escuela, al menos, no había sufrido daño. Por todo esto, la trayectoria de innovación llevada a cabo durante el período republicano se vio truncada por la finalización de la guerra civil y la posterior separación de las Escuelas Normales.

En un panorama sombrío y con un profesorado mermado y sin autonomía esperarían a la implantación de un nuevo Plan de estudios que no tuvo nada que ver con los gloriosos años de la segunda república.

viernes, 12 de noviembre de 2021

Jaén en la II República: 1931-1936

 

Tanto en la capital del Santo Reino como en el resto de España se vivía una época de crispación política entre los que pedían un cambio social y económico que acabara definitivamente con el poder oligárquico en España y los que luchaban por defender su posición privilegiada, como la iglesia o el ejército. De este modo nació una II República el 14 de abril de 1931 propiciada por la caída de la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera y el descrédito de la Monarquía.

Dos días antes, el 12 de abril, se celebraron unas elecciones que permitieron la entrada en el poder a los partidos que luchaban por un cambio en las instituciones, de las que Jaén votó masivamente por la entrada de los representantes de la clase trabajadora en las cortes españolas convirtiéndose así, simbólicamente, en una ciudad cercana a la república que se avecinaba.

Desde entonces y hasta 1936 en la ciudad se vivía cierta tensión por las contradicciones de su sociedad y por el posicionamiento claro hacia bandos que, más que unir, lo que provocaban era que aumentara las radicalizaciones.

El 18 de abril de 1936, los militares más conservadores del ejército se levantaron en armas contra el gobierno que democráticamente había elegido el pueblo. En la capital intentaron tomar los edificios públicos más representativos, como el actual Palacio Provincial, que por aquella época albergaba las principales instituciones políticas y de seguridad, y el Palacio del Ayuntamiento.

El escaso número de militares, la indecisión del responsable de la Guardia Civil en la provincia, el teniente coronel Iglesias, a la hora de entregar las armas a los rebeldes y el enorme apoyo con el que contaba el Comité Provincial del Frente Popular, provocó que el intento de golpe de Estado fuera un auténtico fracaso.

La república estaba alerta y prevenida con anterioridad. De hecho, el 14 de junio de ese mismo año, el Gobierno Civil se reunió para coordinar todas las acciones que fueran necesarias para controlar a las fuerzas derechistas de toda la provincia para así impedir, de este modo, al famoso alzamiento militar.

Durante la república, Jaén tuvo hasta cuatro alcaldes de diferente ideologías, a saber: Pedro Lópiz Llópiz (entre mayo y julio de 1931), José Morales Robles (entre julio de 1931 y octubre de 1934), Melchor Cobo Medina (entre octubre de 1934 y febrero de 1936), por segunda vez José Morales Robles (entre febrero y junio de 1936) y José Campos Perabá (entre junio de 1936 y final de la Guerra Civil).

Don José Morales Robles pertenecía, desde muy joven, a la UGT y al Partido Socialista Obrero Español. Fue gerente del diario liberal La Libertad y también dirigió un diario socialista de corta existencia. Ya intentó en 1920, a través del PSOE, acceder a las cortes españolas, pero no resultó elegido. Durante la dictadura de Primo de Rivera su posición fue excesivamente crítica contra el régimen apoyado por Alfonso XIII.

En 1929 fundó el periódico Democracia, del cual fue director y propietario hasta en 1932, época en que lo cede a sus trabajadores para que él pudiera acceder al Ayuntamiento de Jaén, del que fue alcalde en varias ocasiones. Durante la república también fue detenido en 1934 y desterrado al municipio cordobés de Zuheros.

En 1936 fue de nuevo alcalde de Jaén, pero al inicio de la guerra se exilió a Francia. Tiempo después, en 1938, el bando republicano de la capital recibió la noticia de que don José Morales murió en el país vecino, sin especificar la ciudad exacta.

Don José Campos Perabá, en cambio, ingresó en 1929 en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, formando parte de su directiva diez años más tarde. En 1931 se incorporó al Partido Republicano Radical Socialista, puesto que le permitió ser cuarto teniente de alcalde de la ciudad. En ese mismo año fue miembro de la comisión nombrada para hacerse cargo provisionalmente del Gobierno Civil de Jaén. Un año más tarde, Abandona el Partido Republicano para afiliarse al PSOE. En 1936, por enfermedad de don José Morales Robles, se convirtió en alcalde de la ciudad hasta el final de la Guerra Civil.

Al finalizar la misma salió de Jaén rumbo a los puertos de Alicante o Cartagena, pero el 4 de septiembre de ese mismo año fue detenido en el municipio granadino de Baza, siendo trasladado a la cárcel de Granada. De ahí fue trasladado a la Prisión Provincial de Jaén donde fue condenado, en Consejo de Guerra, a la pena de muerte. El 24 de febrero de 1940, a la edad de 42 años, fue fusilado en las tapias del Cementerio de San Eufrasio.

viernes, 5 de noviembre de 2021

Jaén y deporte, deporte y Jaén: Jaén FS

Actualmente, en la capital del Santo Reino, existen dos equipos que representan a nuestra ciudad en diferentes categorías del fútbol sala español. Uno de ellos es el Club Deportivo Jaén, y el otro es el glorioso Jaén Fútbol Sala, del que se encuentra en su época dorada, aunque en los años 80 y 90, bajo el nombre de Oliva Secavi, consiguiera 2 Copas de Europa de la UEFS, 3 Ligas españolas y 2 Copas Ibéricas.

En la temporada 1991/1992 se inscribe en la Liga Nacional de Futbol Sala para participar en Primera Nacional B para, un año más tarde, ascender a la División de Honor. No fue hasta la temporada 1997/1998 cuando compite en la máxima categoría.

Tras una crisis institucional en el año 2003, estando en Primera Nacional B, el club vaga por el desierto durante unos años hasta que en la temporada 2009/2010 renace de sus cenizas ganando una Copa de Andalucía y, un año más tarde, ascendiendo a la División de Plata. En la temporada 2010/2011 Nicolás Sabariego, con su empresa Fuconsa, se hace cargo del club, consiguiendo con este, el ascenso a la máxima categoría del fútbol sala nacional.

Desde entonces, Jaén Fútbol Sala ha conseguido dos Copas de España, una Copa de Andalucía, ha participado en varias ocasiones en los play-offs por el título, y lo más importante, ha sabido mantenerse en la máxima competición de fútbol sala español.