viernes, 30 de octubre de 2020

Crimen del estudiante de COU

El 22 de diciembre de 1983 Jaén vio cómo se encontraba el cuerpo sin vida de Gonzalo Muñoz Ramos, un estudiante de COU del Instituto Virgen del Carmen, en una zona de difícil acceso en el Arroyo de Valparaíso. El cadáver presentaba un fuerte golpe en la cabeza, cinco heridas cortantes de 20 centímetros de profundidad, del que uno de ellos le atravesó el corazón, y pequeñas mordeduras.


Las fuerzas de seguridad del estado pensó en un primer momento que la víctima pudo participar en una pelea al encontrarse ribera arriba pisadas de al menos tres personas, resbalones en el barro, colillas, un abrigo y sangre de la víctima.

Un confidente de la policía alertó a esta de que el joven había cambiado de amigos y que frecuentaba un bar en compañía de una mujer morena, menuda y de cara redonda. También se supo que la víctima le regaló a esta chica un machete comprado en una desaparecida armería en la calle Bernabé Soriano.

La hipótesis que sostuvo los investigadores decía que el estudiante mantenía una relación sentimental con una mujer que pudo costarle la vida. Debido a la falta de pruebas, el crimen prescribió en diciembre de 2003 sin conocerse quién era la pareja de la víctima y por qué desapareció esta sin dejar rastro.


viernes, 23 de octubre de 2020

Personajes ilustres de nuestra tierra: Mariana de Carvajal y Saavedra

Mariana de Carvajal y Piédrolas, más conocida como Mariana de Carvajal y Saavedra, fue una ilustrísima escritora jiennense del siglo de oro. Nació en la capital del Santo Reino entre los años 1610 y 1620, y su fallecimiento pudo producirse o bien en Madrid, en 1670, o bien en Granada entre los años 1664 y 1666.

Nuestra protagonista fue fruto de la unión de Don Álvaro de Carvajal y Doña Marta de Piédrola, haciendo que esta estuviera emparentada con las casas ducales granadinas de San Carlos y de Rivas.

Su infancia la pasó en Granada, ya que sus padres se mudaron a la capital nazarí cuando ella era muy pequeña buscando un mejor estatus social. De joven conoció a don Baltasar Velázquez, alcalde de hijosdalgo en la Real Chancillería de Granada, con quien se casó años más tarde.

Junto a este se mudó a Madrid, buscando pertenecer a las familias más nobiliarias del país. Allí tuvo en 1640 al primero de sus nueve hijos, Rodrigo. Su nacimiento fue propicio para que doña Mariana y Carvajal iniciara su carrera profesional en el mundo de las letras.

Fue con el fallecimiento de su marido cuando, ahogada por la crisis económica que atravesaba pempieza a publicar sus obras literarias. Se tiene constancia de que Mariana de Carvajal escribió una obra de teatro, de la que por desgracia desapareció con el paso del tiempo, sin embargo, con la novela Navidades en Madrid y Noches Entretenidas, Ocho Novelas, nuestra protagonista consigue la popularidad que aun mantiene en pleno siglo XXI.

La trama se desarrolla en la casa residencial de una viuda rica llamada doña Lucrecia de Haro. En ella, nuestra escritora inserta la ideología de la contrarreforma, los usos amorosos y las conductas femeninas acordes al pensamiento preponderante.

viernes, 16 de octubre de 2020

De leyenda: La Cruz del Castillo

En 1246, Fernando III El Santo, monarca cristiano, conquista definitivamente la ciudad tras un pacto alcanzado con el rey árabe Alhamar, por medio del cual el monarca cristiano se queda con la Cora de Yayyan a cambio de que Alhamar conquistara la ciudad de Granada con las tropas de Fernando III.


Cuando Fernando III sube a la cumbre del cerro de Santa Catalina para entrar al interior del Alcázar Viejo árabe, ordena a sus seguidores que lo sigan en su caminar. Sin embargo, uno de sus capitanes desobedeció esa orden y se dirigió al pico de la colina para clavar una espada en señal de victoria.

Fernando III se entera de la noticia y cuando ve el resultado, ordena a las hermanas clarisas de la capital del Santo Reino, orden religiosa fundada por el propio monarca, que se encargaran de colocar todas las cruces de manera que fueran necesarias a lo largo de la historia para que, de este modo, el mundo entero se percatara de que Jaén era ciudad cristiana. Las hermanas clarisas cumplieron con la labor hasta mediados del siglo XIX, cuando la familia de don Juan José Balguería se ofreció para costear una nueva cruz y al mantenimiento de la misma.

En 1951 se construyó la cruz actual, y al pie de la misma se puede leer una inscripción que dice: Esta Cruz, siguiendo piadosa tradición, ha sido costeada y donada al pueblo de Jaén, por los hermanos de doña Dolores y don Eduardo Balguerías Quesada. Jaén, Octubre de 1951.

Existe también una leyenda reciente relacionada con una cruz anterior a la actual. Los más antiguos sostienen que, en una tarde de viento y lluvia habitual en la capital del Santo Reino, la cruz de hierro que coronaba el cerro fue arrancada de cuajo del lugar, y los más exagerados comentan que dicha cruz bajó a tal velocidad que pudo abrir la puerta central de la Catedral de Jaén, una historia que, en verdad, es muy difícil de creer.

viernes, 9 de octubre de 2020

Barrios de Jaén: El Seminario

En la zona sur de la capital del Santo Reino, pasado el puente de Santa Ana, la zona sufrió en los primeros años de existencia un tímido crecimiento geográfico. Tan sólo existían construcciones aisladas y cuevas excavadas en las laderas de los montes, habitualmente habitadas por vecinos de clase humilde. No fue hasta el siglo XIX cuando se incrementó la población en las laderas de la cañada del Castillo ya que la Senda de los Huertos limitaba las construcciones.


En agosto de 1902 se colocó la primera piedra de la barriada de obreros del ejido de Santa Ana, posteriormente conocido como San Felipe, en un acto institucional celebrado junto a las obras del Seminario que se estaban realizando. Ya en los años 40, se incrementó su población a base de chabolas que fueron levantadas por familias humildes. En los 60 se construyeron viviendas sociales, procediendo al derribo total de los viejos albergues de Betania y de las antiguas chabolas. Gracias a esta intervención, se saneó el barrio y se embelleció el límite con La Glorieta.

En la actualidad, San Felipe dispone de un comedor escolar, un centro social, y el popularmente conocido como Escuelas Cervantes, situadas en la calle Juan Montilla. En el barrio de La Glorieta, destaca el colegio Andrés de Vandelvira, un complejo educativo nacido de la cooperativa participada por el viejo colegio de los Ángeles, Santo Rostro, Nuestro Padre Jesús, Santiago Apóstol y Domingo Savio, en 1974.


El segundo domingo de mayo se celebra en el entorno de La Glorieta la romería del Cristo de Charcales. Las actividades comienzan el viernes anterior con el corte de arrayán para forrar con ella los palos de banderas colocadas en la ermita. Dos días más tarde, se celebra el tradicional pasacalles por el entorno y, tras la celebración de la misa, comienza la romería con una copa de vino previa al tradicional arroz guisado que comen los romeros. Por la tarde, se celebra la procesión por los pagos de la fuente de la Peña y el barrio.

La barriada también juega un papel fundamental en la romería de Santa Catalina, ya que desde el templo de San Pedro Pascual y la Purísima se inicia la celebración. Una iglesia que abrió sus puertas por primera vez el 1 de mayo de 1975.


A finales del siglo XIX, el obispo Victoriano Gisasola inició el estudio de construcción de un seminario bajo el nombre de la Inmaculada y San Eufrasio, cuya primera fase comenzó en 1899. A partir de 1903 se iniciaron las obras principales, las cuales se inauguraron el 6 de enero de 1905. El autor del proyecto fue el arquitecto Justino Flórez Llamas. Seis años más tarde se abrió la capilla mayor, eje central de la fábrica. En 1909 el ayuntamiento intentó adquirir el edificio para transformarlo en cuartel, pero su intento cayó en vano.

Durante la Guerra Civil las obras se paralizaron y el edificio fue militarizado. Tras esta, los trabajos se reanudaron bajo la dirección de los arquitectos Francisco de Paula López Rivera y Juan Piqueras Menéndez. Los últimos detalles se terminaron unos años después. En 1995 volvió a remodelarse el edificio para que los seminaristas vivieran y se formaran en el complejo eclesiástico. Junto al Seminario, a finales del siglo XX, el Ayuntamiento construyó un parque, adaptándose los jardines y paseos a la orografía del terreno en pendiente.


La Fuente de la Peña es un espacio natural situado a los pies de la Peña de Jaén. En dicho enclave se puede disfrutar de un rico muestrario de pintura rupestre de la Sierra Sur del periodo Eneolítico. Ya en el siglo XV, las crónicas comentan que el propio don Miguel Lucas de Iranzo celebraba, junto con el pueblo de Jaén, la Pascua de Resurrección. En ella, el Condestable mandaba soltar osos peñas para después capturarlos.

En 1588, Sebastián Carrera fundó una capellanía y cofradía bajo la advocación de Nuestra Señora de la Peña. Sobre la zona se edificó una ermita, de las que aún se conservan sus ruinas, para atender las necesidades espirituales de sus seguidores. En el siglo XVIII, la ermita se arruinó y su cofradía se extinguió.

A finales del siglo XVIII, el deán José Martínez de Mazas ordenó plantar álamos, arreglar el camino, diseñar una gran balsa con piedras y recuperar la fuente de la Peña como espacio de recreo y paseo. Un siglo más tarde, se construye una nueva ermita dedicada al Santo Cristo de la Peña, o de Charcales, levantando también un lavadero público.

1885 fue terrible para la capital del Santo Reino. Una pandemia obliga a muchos vecinos a abandonar la ciudad y a refugiarse en casas de campo. Algunas de estas familias realizaron voto de formar la cofradía y erigir una ermita al Cristo a cambio de salvarse de la epidemia. En 1905, las administraciones sufragaron las obras. Ya en plena Guerra Civil, la ermita fue saqueada, siendo destruida la imagen titular. Esta fue sustituida por una nueva en 1947.

viernes, 2 de octubre de 2020

En el olvido: Acueducto del Carmen


En la actual calle Senda de los Huertos, en su parte alta y a mano derecha, nació sobre una abundante pedriza un incontable raudal de aguas cristalinas y frescas. Sus aguas venían del conocido como Raudal de Santa María, y durante siglos regaba de agua a un importante sector de la población, entre ellas más de ochenta fuentes privadas de los barrios del Sagrario y San Idelfonso, además de las fuentes públicas que se encontraban en Cañuelo de Jesús, Pilar de la Imprenta, los Pajarillos de Santa María, el Pilarejo del Borrego, las fuentes de San Francisco y San Ildefonso y el Pilar de la Alameda.

La calidad de sus aguas era excelente, sobre todo cuando estas reposaban unas horas, pero provocaba cal en tuberías y repartidores, lo que provocaba limpiezas frecuentes. En época medieval, incluso, se reglamentó su uso y distribución, naciendo unas comunidades de usuarios que se mantuvieron hasta el siglo pasado.

En el manantial se realizó una gran balsa provista de un rebosadero, haciendo que el agua cayera en cascada hacia el barranco de Santa Ana, uniéndose al arroyo dependiente desde Almodóvar y El Almendral. Gracias a este accidente natural se construyeron unos lavaderos públicos conocidos como La Poceta. Desde este lugar se construyó un cauce abovedado para que el agua pasara junto a los conventos de Santa Ana y Carmelitas Descalzos, llegando este a un gran repartidor junto a la fuente del Cañuelo de Jesús.

El Barranco de los Escuderos presentaba importantes desniveles de terreno, por lo que se tuvieron que realizar obras para nivelar el discurrir de las aguas y favorecer su rápido tránsito. Este acueducto, de época romana y rehabilitado en época medieval, se le renombró como Acueducto del Carmen, porque lindaba con el huerto y jardín del Convento de San José, de la Orden de los Carmelitas Descalzos.

Cuando la orden religiosa se vio obligada a cerrar por culpa de la Desamortización de Mendizabal en 1836, Rodrigo de Aranda, Conde de Humanes, lo utilizó como barandilla del jardín de su palacio. En 1862, Isabel II estuvo disfrutando desde ese punto de unos fuegos artificiales que el ayuntamiento le ofreció a la monarca con motivo de su visita.

Ya en pleno siglo XX, el acueducto quedó cubierto con la vegetación de la zona permitiendo que sus vecinos lo utilizara de lindero de un cine de verano, conocido como Cinema Jardín, entre 1965-1970. Ya con la llegada de la democracia, el preciado monumento desaparece para construir bloques de pisos, dejando tan solo unas fotos que demuestran la fuerza que tiene el ser humano para destrozar parte de nuestra historia.