viernes, 28 de diciembre de 2018

En el olvido: Convento de la Trinidad


Durante muchos años, la capital del Santo Reino estuvo plagada de numerosos edificios eclesiásticos hasta que poco a poco muchos de estos fueron desapareciendo. El Convento de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos es un claro ejemplo de aquellos conventos desaparecidos y olvidados por la inmensa mayoría de los residentes. 
 
Este edificio estaba localizado en el actual número trece de la calle Santísima Trinidad. El convento, de gran amplitud, constaba de dos patios porticados y una iglesia, de cuya capilla mayor tenía el patronato de la Familia Contreras. A su iglesia, de una sola planta, se accedía por dos puertas y en su interior se componía de varias capillas. En una de ellas, próxima al coro, se veneraron los restos de Don Pedro de la Hoya, uno de los frailes más consagrados de la congregación y que murió en olor de santidad.
Fue el primer convento abierto en la ciudad tras la conquista de Fernando III de 1246, con la encomienda de redimir cautivo. Sin embargo, por culpa de la archiconocida desamortización de Mendizábal, tuvo que cerrar sus puertas. Las dependencias se transformaron en casas de vecinos, de las que aun quedan vestigios. Su amplia huerta, conocida como Corralón de los Alcauciles, sirvió, durante muchos años, de aprovisionamiento de frutas y verduras para los habitantes del barrio. En la actualidad, en una de las casas se conservan varias rejas del convento. Además, se sigue conservando en la Iglesia de San Andrés un cuadro con la representación del Cristo del Lagar.
Durante muchos años, el convento custodió a las hermandades de San Blas y la de los Esclavos del Santísimo Sacramento y Cena del Señor, esta última recuperada en 1998 con el título de Hermandad Sacramental de Jesús Salvador en su Santa Cena y María Santísima de la Caridad y Consolación. Otra de las imágenes que la congregación trinitaria trajo a la capital del Santo Reino fue la de Jesús de Medinaceli, que en la actualidad se puede venerar en la parroquia de la Magdalena, junto con la de San Blas.