viernes, 30 de noviembre de 2018

Paraje de Otíñar II: El Castillo

Ubicado a dos kilómetros de la aldea, el castillo de Otiñar aparece enclavado en un cerro amesetado, donde sus flancos Este y Sur caen de manera muy escarpada sobre el curso del río Quiebrajano. Se tiene constancia de que, hasta el Pacto de Jaén de 1241, el poblado de Otíñar tuvo un carácter eminentemente agrícola y careció de defensas. La fijación de la frontera convirtió este lugar en un punto decisivo en la vigilancia de los pasos serranos que por la Sierra Sur de Jaén unían la ciudad de Jaén con el Prebético granadino. Su construcción se suele datar en la segunda mitad del siglo XIII, aunque el alcazarejo se considera posterior, del siglo XV.​ Se piensa que el recinto pudo edificarse sobre otras estructuras más antiguas, de origen andalusí. Como parte del sistema defensivo de Jaén, tenía conexión visual con la atalaya de Torrebermeja, que a su vez comunicaba con el castillo de la ciudad.
La meseta sobre la que se encuentra el recinto puede dividirse en tres espacios. Por un lado se encuentra la zona Norte, en su tiempo ocupada por una aldea. Junto a este se encontraba el espacio central, más estrecho que el anterior, en el que se han encontrado fragmentos de muros formados por grandes bloques irregulares de piedra. Y por último, en la zona Sur, se levantaría la fortaleza.
Los restos más antiguos de la fortaleza datarían del siglo XI o anterior, aunque entre los siglos XIII y XV se realizarían distintas obras para reforzar la edificación. En ella es posible apreciar las murallas, que dependiendo del flanco y de la base constructiva está realizado a base de piedra, tapial o mampostería, así como una zona central donde se aprecian los restos de algunas edificaciones; dos aljibes, uno adosado a la muralla occidental y otro frente a la entrada al recinto; y el alcázar cerrando el extremo Sur de la meseta.
Compuesto por una muralla y dos torres de planta cuadrada adelantadas en relación con el lienzo de la muralla, se accede al interior desde una puerta con bóveda de medio cañón ubicada en la torre oriental y que servía de suelo de una habitación superior a la que se accedía mediante una escalera. Los laterales Este y Sur de la fortaleza se encuentran limitados por la caída del cerro. Mientras, en el lado Norte, se erige la torre de homenaje aprovechando que la roca formada en dicho espacio tiene una elevación de cuatro metros. El castillo dependía administrativa y militarmente del castillo de Jaén.