viernes, 27 de mayo de 2022

En el olvido: Ermita de San Felix el Cantalicio

En el espacio comprendido entre las huertas del Recinto y la Alcantarilla y la Fuente de Don Diego se alzaba la ermita de San Félix de Cantalicio. Este espacio abierto al culto era una fundación benéfica abierta el 25 de mayo de 1718 que disponía de un templo y más tarde de una de las primeras escuelas de niñas de la ciudad.


En el siglo XIX el colegio pasó a depender del Ayuntamiento, que destinó el espacio a hospital de coléricos y contagiosos en épocas de epidemias. El pequeño templo quedó afecto a la parroquia del Sagrario, que lo utilizó como iglesia auxiliar, cayendo de este modo en decadencia.

Durante muchos años, la vieja ermita fue el referente obligado de una plazuela llena de encanto y personalidad. Allí nacieron la fiesta y procesión de San Félix, a quienes los hortelanos de la Huerta Baja adornaban con las primeras cerezas del año, o la romería del Cristo del Arroz, cuya cofradía se fundó en la sacristía de esta ermita.

En 1963 se creó en ella las primeras casas giennenses de las Hermanas Nazarenas, y el 8 de septiembre de 1970 el obispo Félix Romero Mengíbar erigió entre sus muros la parroquia de San Eufrasio. Esta dedicación pastoral obligó en 1974 a demoler la vieja ermita para levantar sobre su solar la nueva parroquia de San Eufrasio, una nueva fábrica con la que se heredaría muchos de sus elementos arquitectónicos y artísticos.

viernes, 20 de mayo de 2022

Barrios de Jaén: Ejidos de Belén y San Roque

El ejido de Belén fue durante siglos lugar de desconexión para los vecinos de la ciudad. Su terreno  casi siempre fue utilizado para ganado, vertedero o, ya en el siglo XX, para juegos de niños o improvisado taller de actividades insalubres y molestas, ya que las aguas, debido a su altitud, no fertilizaban sobre la zona. Su situación estratégica hacía que desde sus eras se pudiera dominar la ciudad.


En el espacio conocido actualmente como Plaza de Belén se realizaron durante siglos alardes medievales y ejecuciones públicas. Allí existió un rollo donde se colgaban los cuerpos descuartizados de los ejecutados para que sirviera de escarmiento al pueblo de Jaén, una práctica que se estuvo realizando hasta 1897, cuya última ejecución fue a garrote vil.

Esa parte de la ciudad era ideal para celebrar ferias de ganados. De este modo se creó la fiesta principal de la ciudad, la de la Virgen de la Asunción allá por 1453. En principio se celebró del 1 al 15 de agosto, más tarde se amplio hasta el día 20, y finalmente, desde mediados del siglo XX, desapareció pasando la feria de San Lucas de octubre a ser la feria principal de la capital del Santo Reino.

Al Ejido de Belén siempre se le vinculó una leyenda relacionada con la Cruz del Jaspe, un elemento religioso que al parecer pudo caer del cielo, pasando ésta a formar parte desde entonces de la Santa Iglesia Catedral. Por desgracia, durante la Guerra Civil, dicha cruz fue destruida por el bando republicano. Sin embargo, siempre quedará esa coplilla que decía lo siguiente:

Tres cosas tiene Jaén

que no las tiene Sevilla

Santo Rostro, Cruz de Jaspe

y Virgen de la Capilla.

La configuración urbanística existente de lo que hoy se conoce como barrio de Belén y San Roque se inició a mediados del siglo XIX. Tan solo existía por aquella época un abrevadero y varias casas modestas. El cementerio de San Eufrasio ponía límite al barrio, aunque no fue el único camposanto que existió sobre la zona, ya que sólo durante la Guerra de la Independencia hubo otro en la también desaparecida huerta de capuchinos.

Poco a poco empezaron a sumarse pequeñas casas ocupadas por familias de trabajadores, la mayoría diseñadas por ellos mismos. La vía principal era la calle General Castaños, una calle a la que se accedía a través de la carretera de Granada por una escalera zigzagueante. Pasada la guerra civil, en el barrio se construyeron cerca de doscientas casas, y en 1947 la nueva barriada fue bendecida con motivo de la conmemoración del Alzamiento Militar y de la Fiesta de Exaltación del Trabajo. No faltó una gran verbena popular con la banda de música municipal como reina de la misma.

Poco a poco al barrio se le fue dotando de servicios básicos tales como el ambulatorio de la Seguridad Social de San Roque o el grupo escolar Alcalá Venceslada. Además, anexo a la Avenida de Madrid, se construyó una nueva iglesia en el mismo solar donde estuvo la desaparecida ermita de San Roque. Este nuevo espacio religioso, bautizada como Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Belén y San Roque, comenzó su construcción en 1955, terminando la misma siete años más tarde.


La fábrica está estructurada en tres naves, cuya parte central es más alta que las laterales. El presbiterio está presidida con una cruz abierta en el muro y rellena con vidrieras. En el lado derecho de la cabecera se encuentra la Capilla del Bautismo y el Sagrario, y su torre tiene un cuerpo de campanas octogonal, de las que estas fueron bautizadas bajo la advocación del Santo Ángel, San Roque, Santa Balbina y Santa Adriana.

En el interior se puede disfrutar de un grupo escultórico basado en la Entrada de Jesús en Jerusalén que procesiona por las calles de la ciudad en las mañanas del Domingo de Ramos, una cerámica vidriada en la que se representa el Bautismo de Cristo y la Virgen de Lourdes, y ya en el Sagrario se puede ver un mural en mosaico que representa la Transfiguración de Cristo.

Junto a este ejido existió otro campillo conocido como Ejido de San Roque, por la ermita construida en época medieval dedicada a este santo. Un pequeño templo que estaba íntimamente relacionado con las epidemias que asolaban la ciudad.

viernes, 13 de mayo de 2022

Los exvotos en el Cristo de la Misericordia de la Catedral de Jaén


Los exvotos, conocidos popularmente en nuestra ciudad como promesas, están hechos en metal en forma de finas láminas plateadas o bañadas en color dorado. En la catedral renacentista se encuentran, entre otras obras, la pintura de El Salvador del Mundo, la Virgen de la Correa y el Cristo de la Misericordia. Ésta última es una talla de madera policromada de mediano tamaño y de autor anónimo del siglo XVIII.

Entre los exvotos más populares se encuentran las fotos, quizás para dar gracias por una curación o por el rápido restablecimiento de una enfermedad. También puede representar a personas que regresan de la emigración o a aquellos que hayan pasado largos periodos fuera de su tierra natal.

Otros exvotos son aquellos que se representan en latón el cuerpo humano entero de los hombres vestidos de goyescos o los que son dedicados a niños o niñas. En éstos se ata a un extremo de la pieza un lazo de color distinto, bien sea de color azul para el género masculino o rosa para el femenino, con el fin de representar el sexo de la persona que muestra su agradecimiento.

Otros exvotos de latón están dedicados a partes exclusivas del cuerpo humano, tales como brazos, piernas, ojos, pechos, corazones, manos y cabezas, haciendo referencia a la zona curada gracias a la supuesta intervención sobrenatural.

Existen, por supuesto, otros exvotos de latón representando a Vírgenes o mujeres en forma de mujeres vestidas con túnicas renacentistas, al estilo de la clásica Virgen María, o con ropas de época. De este modo se busca resaltar el carácter de mediación que supuestamente ha realizado la madre de Jesús en favor nuestra.

Si se tuviera que enumerar la cantidad de exvotos realizados con objetos personales o del propio cuerpo se crearía una lista interminable, de la que habría que destacar mechones de pelo, cálculos renales, fotocopias del carnet de conducir, medallas de santos y de protección contra el mal de ojo, pulseras, recortes de chaquetas del ejército…

En general, no sólo se utilizan exvotos en una sola unidad, sino que también es una práctica frecuente el acompañar varios exvotos en un mismo grupo por medio de un lazo o imperdible.


Manuel Quesada GalachoJosé Luis Anta Félez

viernes, 6 de mayo de 2022

Barrios de Jaén: Santiago

Aunque en el siglo XVI era una zona muy popular, la barriada de Santiago cayó poco a poco en declive al despoblarse progresivamente su parte alta. Su expansión no era demasiado grande, tan sólo contaba con una docena de calles además de la plaza que lleva su nombre. En esta última se encontraba la Iglesia de Santiago, uno de los primeros templos católicos de la Jaén cristiana. De ella salía en procesión la proclamación de la Santa Bula de Cruzada, a la que asistían todas las cofradías y hermandades de la capital del Santo Reino.


Aunque no han llegado hasta nuestros días apenas datos de su fábrica, se piensa que la iglesia pudo ser modesta porque tan sólo contaba con un prior y dos beneficiados, algunas capellanías y varios patronatos.

Ante la dejadez del templo por falta de inversión, a finales del siglo XVIII se hundió la antigua sacristía y se arruinó la nave mayor y la escalera que conducía a la tribuna del órgano. Ante tal situación, la parroquia cerró y sus ocupantes se mudaron temporalmente a la también desaparecida Iglesia de San Lorenzo mientras encontraban una solución con la que mantenerla abierta.

En 1810 se decidió demoler por completo el conjunto para hacer una gran plaza. Sólo en esta se construyó un refugio antiaéreo durante la guerra civil aprovechando las criptas intactas de la parroquia. En esta plaza también existió un caserón cuyos propietarios fueron la familia Benavides, más tarde convertida en una casa de citas, conocida como Casa de la Fidela.

La calle de la Cruz Verde, también renombrada como calle de Doña Francisca Antonia de Vera, fue una calle donde también se encontraban diferentes casas de citas. En 1961 se le cambió el nombre por el de calle de las Cumbres y se demolieron estas casas de mal vivir para construir en sus solares viviendas sociales.

De la calle del Horno de Santiago se puede comentar que es una vía estrecha y pendiente, siempre en penumbra, mientras que la calle de los Mecías debe su nombre a la residencia que en su día existió de la familia Macías. Al otro lado de la calle existieron los jardines del Casino Primitivo, espacio donde en verano se disfrutaba de la música de la época. Anteriormente fue convento de las Damas Nobles de Nuestra Señora de los Ángeles y en la actualidad es sede de la prestigiosa Escuela de Artes y Oficios.

De la plaza arranca calles tan señeras de la zona como la calle de Santiago, la calle Cambil, en honor a un Alcaide de Cambil, y la calle Campanas de Santiago, porque ésta daba frente al campanario de la iglesia, donde hubo tres campanas. Junto a esta existió un corral de comedias en la primera mitad del siglo XVII. Luego, por el barrio, desde finales del siglo XIX hasta la dictadura franquista, existió un teatro de verano y un cine, éste último conocido como Cine San Lorenzo. En la calle Macías se construyó, en 1843, la primera Escuela Normal de Maestros, espacio que se convirtió en 1926 en templo de la cultura y la ciencia.


El barrio de Santiago se comunicaba con el de San Bartolomé mediante la calle de los Ángeles. Su nombre se debe a que allí existió el Convento de las Damas Nobles de Santa María de los Ángeles, vía por donde se ingresaba al recinto claustral. Se mantuvo en pie hasta 1868, año en que fue desamortizada. También se conoció por calle de las Platerías, porque allí, en el siglo XVII, tenían sus talleres los miembros del gremio de los plateros.