viernes, 28 de febrero de 2020

De leyenda: Enfrente del toro está el tesoro


Cuenta la leyenda que, en uno de los muros de la fortaleza del Castillo de Santa Catalina, existía una cabeza de toro esculpida en piedra acompañado de un letrero que decía: Enfrente del toro está el tesoro. Desde entonces, muchas personas han subido al cerro con picos y palas para escavar alrededor de la imagen, buscando sin éxito un tesoro que nadie daba con él.
Una mañana llegó un cazatesoros un tanto testarudo que se puso a cavar por el terreno como loco. Primero por la parte de enfrente del toro, como decía la inscripción, y después por la derecha y por la izquierda. No encontró nada. La frustración de este personaje provocó que utilizara su pico para proyectarlo contra la frente de la imagen del animal.
De repente, escuchó un intenso tintineo metálico. Al volver la mirada hacia la escultura, el joven vio con asombro como salía de la imagen un gran chorro de monedas de oro que surgía del agujero de la frente del toro. El tesoro no estaba en frente de la imagen, sino en la misma frente del animal.
Las leyendas siempre eran utilizadas con alguna finalidad. Quizá ésta informe de antiguos cultos en Jaén a la deidad masculina simbolizada por el toro, el cual se sacrificaba para recibir los dones de fertilidad o conocimiento de los dioses. No hay que olvidar que, en época primitiva, en el barrio de la Magdalena, nacía el agua que provenía del monte de Santa Catalina. En dicho distrito existían unos baños, conocidos como los del toro, ya que se comentaba que esos aseos estaban presididos por una gran escultura de este animal.

viernes, 21 de febrero de 2020

Callejero de Jaén: Avenida de Madrid


Avenida de Madrid es, junto con Paseo de la Estación, uno de los viales de desarrollo de la capital del Santo Reino en la Jaén del siglo XX. El motivo por el que es dedicada esta avenida a la capital de España se debe a que este trazado era utilizado por los madrileños para poder visitar nuestra ciudad entrando por la extinta Puerta Barrera.

Era un camino orillado lleno de talleres o almacenes y escasa vivienda. A la altura donde actualmente se encuentra el monumento homenaje a los donantes de sangre se iniciaba lo que antiguamente se llamaba la zona de paseo invernal. En ese espacio, los vecinos consideraban que dar un paseo de un modo demencial era llegar hasta el primer paso de las vías de ferrocarril que existía por debajo del cruce con avenida Ruiz Jiménez.

La Avenida de Madrid actual se desarrolla unos años más tarde a Paseo de la Estación. Era una vía periférica al conjunto urbano de la ciudad por el que pasaba perimetralmente la población jiennense en los años 40. Es por eso que comienza a construirse la Estación de Autobuses en el centro de esta vía, para evitar que el tráfico entrara en la ciudad. Su torre sirve de referencia para que el viajero tenga ocasión de comprobar que está en la ciudad. Actualmente, el tráfico que genera este servicio de transporte hace que la calle sufra continuas molestias en la circulación rodada.

Durante la dictadura franquista comienza a construirse los actuales edificios de viviendas de altura considerable. Se construyó en los años 50 una penduría de petróleo de gasoil de estilo racionalista de mucha calidad. Por otro lado, el actual edificio de la firma El Corte Inglés viene a sustituir al antiguo edificio de Peritos. Éste, junto con la catedral, compite por ver cuál de los dos es el edificio que puede verse antes cuando el viajero llega a nuestra ciudad. No deja de ser un reflejo de la sociedad actual. En el siglo XVI se construye la catedral, una fábrica que representaba el fuerte poder que la iglesia tenía sobre la ciudad. En el siglo XXI aparece el poder económico y comercial que se representa en este edificio.

La iglesia de Belén y San Roque es un ejemplo de resolución de un edificio en ladera que tiene muchísimos niveles que da una pantalla relativamente neutra ante tanta dispersión y distorsión de formas y volúmenes. Aún en la actualidad este edificio sigue en activo.

A mediados de los años 50 se construye otro edificio singular en la confluencia con la antigua Avenida Ruiz Jiménez. Este inmueble, conocido como colegio de los Hermanos Maristas, tiene una arquitectura propia del tiempo. La entrada trasera a través de la avenida era el acceso natural a los patios del colegio, mientras que la fachada de la calle está realizada en hormigón visto de altura considerable.

El Parque de la Victoria tiene una entrada por el lado de esta avenida en pendiente con unos palterres descuidados y con unas rampas artificiosas y molestas que contradice con el resto de entradas a este espacio verde, como la entrada por Paseo de la Estación, totalmente llana.

Si bien es cierto que este vial necesita todos los carriles de circulación para vehículos que actualmente alberga, también es cierto que este espacio quizá necesite más acera para el peatón, más ajardinamiento y vegetación en una de las principales arterias de la ciudad.

viernes, 14 de febrero de 2020

Al aire libre: Sendero de la Muralla


La capital del Santo Reino cuenta con varios senderos con los que disfrutar del aire puro de nuestra tierra, además de realizar una de las actividades más saludables que existe. Uno de ellos es el Sendero de la Muralla, un recorrido de seis kilómetros que se puede realizar en unas dos horas y media. Su estado de conservación es bueno, aunque también es cierto que algunas señalizaciones han desaparecido a lo largo del recorrido. Al realizarse el camino generalmente por un bosque, la vegetación predominante es el pino carrasco. Un buen camino para realizar senderismo, pero también para realizar ciclismo de montaña tanto a la ida como a la vuelta del mismo.

El sendero se inicia en la carretera de la circunvalación, a la altura del número 126. Se inicia el ascenso por la ladera norte del cerro del Castillo de Santa Catalina, llaneándose el camino por la muralla de la fortaleza. Una vez cruzada la misma se encuentra un olivar, por el que se sigue por su linde, aprovechando las vistas para divisar el barrio de San Vicente de Paúl, el barrio de la Magdalena o el barrio de San Juan, entre otros. 

Al toparse con el pinar del bosque, se desciende un poco para luego ascender ligeramente entre los pinos. Al siguiente cruce se debería seguir por el camino de la derecha, pasando a continuación por una cancela de un vallado, atravesar el cercado y salir más adelante por otra cancela similar. 

Siguiendo por el sendero, al frente, se encuentra el carril de la Fuente la Zarza. A la izquierda, el camino asciende por un carril de acceso a otro olivar. De nuevo se continúa por la izquierda y se asciende brevemente hacia una seda camino del Hospital del Neveral.

El camino original del trazado desaparece por culpa de las continuas remodelaciones del entorno del hospital, por lo que se continúa por el asfalto de la carretera hasta la salida del complejo médico. A continuación, se pueden realizar dos opciones. O bien continuar por carretera dirección hacia el Caño Quebrado, o atravesar un campo de baloncesto y una pista forestal que existe a la izquierda de la carretera por una vaguada. 

Llegados a la Fuente del Caño Quebrado se gira hacia la izquierda para entrar en la carretera que sube al Castillo de Santa Catalina y el Parador y desde ese punto tomar un carril que desciende hacia unos viejos chalets. Desde ese punto se continuará para atravesar los lienzos de la antigua muralla y así continuar el recorrido de vuelta buscando el punto de partida del sendero.

viernes, 7 de febrero de 2020

Extrarradios: Ventosilla






La capital del Santo Reino, seguramente como cualquier otra ciudad, cuenta con innumerables enclaves urbanísticos que se utilizan como residencias de verano o residencias fijas a las afueras del núcleo urbano del municipio. Algunos de ellos son muy conocidos como los denominados "puentes" pero hay otros que son grandes desconocidos entre la población.
 
La Ventosilla es una aldea municipal a unos 16 kilómetros de la ciudad. Cercano a la barriada de Las Infantas, se puede decir que el número de habitantes no pasa de las tres personas censadas. Su economía siempre ha estado vinculado a la agricultura. Hay que mencionar que su ubicación cercana a la vega del río Guadalbullón ha beneficiado la creación de cultivos de regadío como el algodón, la alfalfa o el maíz, además del olivar, el trigo o la cebada.

Existen documentos que acreditan que ya en la Baja Edad Media existía este paraje, más en concreto a mediados del siglo XIV, primero como cortijo y después como aldea. Todos sus habitantes trabajaban sobretodo en el cultivo del pan contratados por vecinos de Jaén, hasta que en 1466 el entorno fue incendiado y saqueado. Se dice que sus habitantes fueron refugiados en el vecino Castillo de Fuentetéjar.

Muchos de los cortijos son empleados en la actualidad como viviendas estivales o almacén de aperos agrícolas. Entre ellos se encuentra el Cortijo de Ventosilla, rodeado de una alta tapia de piedra construida con mampostería a modo de muralla. El Cortijo el Mirador está ubicado en la parte alta de la aldea. Quizá es el cortijo más antiguo de la zona. De él se han expoliado unos sarcófagos visigodos y una basa de una columna, aunque aún mantiene semienterrado una era, la conocida como Era del Mirador. Otras de las caserías destacadas es la de los Lendinez, ya que en su interior alberga la antigua puerta de la iglesia jiennense de San Bartolomé.

Aunque anteriormente se ha indicado que la aldea pudo ser fundada durante el siglo XIV, también es cierto que dicho paraje fue creado por los cristianos a unos quinientos metros de una aldea musulmana, abastecido por un pozo recientemente cegado. Este nuevo espacio es considerado como un yacimiento prehistórico de primer orden en el que se pueden apreciar materiales como hachas de piedra pulimentada, cuentas de collar, cerámicas prehistóricas…