Desde el
instante en el que la imagen penetró en el asilo, la enfermedad cesó y los
enfermos comenzaron a recuperarse de la enfermedad que había terminado con la
vida de cientos de ciudadanos, hasta el punto de que, en pocos días, el
hospital fue cerrado ante la inexistencia de enfermos.
Por ese
hecho, se le ofrecieron las llaves de plata de aquel hospital a la imagen
venerada, en señal de agradecimiento por aquel hecho, y también como símbolo de
la erradicación de aquella epidemia que asoló la ciudad. Un recuerdo que cada
año se rememora, llevando claveles a los hospitales, residencias y asilos donde
se encuentran personas de avanzada edad, para evitar su empeoramiento.
Dicho cuadro
y dicha leyenda aún se conservan en el interior de la capilla existente en el
Arco de San Lorenzo ya que la casa fue derribada con el paso del tiempo,
manteniéndose en su lugar un mosaico de azulejos.
Originariamente,
las llaves del hospital eran de plata, pero hubo que realizarse una copia de
las mismas, esta vez en dorado, ante el inicio de deterioro de las primeras. Ya
en la Guerra Civil, las llaves estuvieron escondidas en un tarro de cristal con
el fin de evitar su desaparición, ya que habían sido buscadas para robarlas
pensando que eran de oro puro.
En el año
2013, el Excelentísimo Ayuntamiento de Jaén concedió a Nuestro Padre Jesús las
llaves de la ciudad. Estas no pueden ser colgadas sobre la imagen por su
excesivo peso, por lo que las llaves que siguen siendo cargadas en el brazo
izquierdo siguen siendo las del hospital.
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