viernes, 29 de enero de 2021

La importancia del linaje "Los Palomino" en la capital del Santo Reino

La familia Palomino fue un linaje que tuvo una enorme influencia en la capital del Santo Reino entre los siglos XVI y XVII precisamente por los negocios que estos mantenían con el Concejo, al que sirvieron acendradamente, llegando incluso hasta ocupar puestos tales como Caballeros Veinticuatro o Procuradores en la Corte Española.

El origen de esta familia nobiliaria proviene de Andújar. Sin embargo, el primer miembro de la misma en llegar a nuestra ciudad fue Alonso González Palomino, que residió en un palacio situado en la Collación de Santiago frente a las casas del Jurado Ballartes a finales del siglo XV.

Alonso tuvo un hijo, al que bautizaron Rui. Este último contrajo matrimonio dos veces, primero con doña María de Moya y posteriormente con Catalina Gutierrez. Ruiz González Palomino tuvo cuatro hijos con su segunda mujer, a los que llamó Diego, Rodrigo, Gonzalo y Bachiller Martín Palomino. Falleció en 1507.

De Bachiller Martín no se ha podido recabar datos relacionados con su vida privada o profesional. El hijo mayor, Diego, fue Caballero Veinticuatro en Jaén y Depositario General de la ciudad de Jaén. Rodrigo Palomino, apoderado El Viejo, fue Escribano Público de Torredelcampo. Y Gonzalo Palomino fue también Caballero Veinticuatro y Escribano Público de la capital del Santo Reino. Todos ellos tuvieron una amplia descendencia.

Por desgracia para esta estirpe empezaron a perder influencia hasta convertirse en una familia noble más de la provincia a mediados del siglo XVII, perdiendo todo el poder que en sus años gloriosos ostentaban.

viernes, 22 de enero de 2021

Cuando Cristóbal Colón visitó Jaén

La leyenda sobre cómo Cristóbal Colón convenció a los Reyes Católicos para que sus majestades subvencionaran su supuesto viaje a las Indias pudo tener su desenlace en la capital del Santo Reino, pero vayamos por partes.

Todo comenzó un 20 de enero de 1486, en Alcalá de Henares. Allí, el genovés se entrevista con los monarcas, y estos tildan la idea del navegante como disparatada. Cristóbal Colón, incansable en su lucha, decidió acompañar a la corte española en su cruzada contra el Islam mientras visitaba, supuestamente, la alcoba de la Reina de Portugal.

Entre la primera y la tercera entrevista que mantuvo Cristóbal Colón con los reyes, el Duque de Medina Sidonia se ofreció a costear el viaje y, para ello, informó a los monarcas de la decisión tomada. Es entonces cuando Isabel y Fernando ordenan en 1489 que las Ventas y Ayuntamientos que visitara Cristóbal Colón mientras se desplazaba desde el centro de España hasta la capital del Santo Reino costearan a éste las posadas, fondas y víveres que encontrara por el camino.

Por aquella época, los Reyes Católicos se mudaron temporalmente al desaparecido Palacio del Obispo, que se encontraba en la calle Campanas esquina con la calle Cerón entre el 22 de mayo y el 20 de octubre de 1489, gracias a la intensa amistad que mantenía Isabel la Católica con la entonces gobernadora de la ciudad doña Teresa de Torres, viuda de don Miguel Lucas de Iranzo.

Si bien Cristóbal Colón llegó a Jaén en junio de 1489, no fue hasta primeros de agosto de ese mismo año cuando se celebra la tercera y última entrevista entre Isabel la Católica y el marinero. En ella, la monarca accede a costear el viaje una vez haya concluido la guerra con Granada, como así sucedió. Mientras tanto, Cristóbal Colón se comenta que pudo acoger asilo en el desaparecido Convento de San Francisco, actual Palacio de la Diputación Provincial, al ser este muy afín a la orden franciscana desde su estancia en Italia.

viernes, 15 de enero de 2021

Iglesia de Santo Domingo: Un espacio abandonado a su suerte

La popular Iglesia de Santo Domingo, de una sola planta rectangular con tres tramos cubierta con bóveda de media naranja sobre pechinas y bóvedas de nervios, data del siglo XVI y se mantuvo abierta al culto hasta el año 1975. Esta fábrica, también bautizada como de Santa Catalina, poseía bóvedas pintadas al fresco de notable valor artístico que han sido retiradas para mejorar su conservación.

Ya en el interior, en la capilla mayor, se encuentra pintado un grupo de dragones al igual que en la desaparecida Iglesia de San Miguel y en la Parroquia de La Magdalena. Aparte de un presbiterio se encuentra también dos capillas más, y en la capilla de la cabecera, de estructura poligonal, se puede disfrutar de una cubierta con bóveda nervada de estilo gótico tardío.

Hace un tiempo comenzaron unas obras de reconstrucción en el recinto que comenzaron con un diagnóstico preciso sobre cuál era la situación arquitectónica del templo. Junta de Andalucía y Diputación, encargados de la misma, buscan crear, junto al Antiguo Hospital de San Juan de Dios y el Centro Cultural del Palacio de Villadompardo, un triángulo en pleno casco histórico destinado a actividades culturales, actividades de ocio o de promoción turística para así atraer a más visitantes a la zona antigua de la ciudad.

La reforma final de este conjunto monumental, formado por la iglesia conventual, su sacristía anexa y unas antiguas escuelas parroquiales, y que fue catalogado como Bien de Interés General, se espera que se inicien en 2021 y concluyan en un plazo aproximado de entre doce y veinticuatro meses. Todo ello será financiado con fondos europeos y con fondos denominados uno por ciento cultural de la Junta de Andalucía.

Recientemente se han descubierto restos de un pórtico que podría pertenecer al antiguo conjunto de un palacio islámico ubicado por la zona. Serían yeserías que podrían formar parte de las arquerías profusamente decoradas que darían paso a uno de los pabellones del conjunto palaciego.

viernes, 8 de enero de 2021

En el olvido: Casa de la Munición

En la parte final de la calle de Santa Clara se encontraba la Casa de la Munición. Su nombre pudo ser debido a que en ese lugar se pudo almacenar pertrechos militares, munición de boca y armamento bélico durante la invasión napoleónica, entre 1810 y 1812, o que entre 1600 y 1634 se encontró en ese punto de la ciudad el Concejo Municipal.

La portada se cubría con un trabajado y bello friso y sobre ella existía una hermosa reja de forja. A la derecha se encontraban las armas episcopales de don Bartolomé de San Martín y Uribe y, en el lado opuesto, los blasones de los Salazar-Coello.

En 1752 la casa perteneció a don Bartolomé de San Marín y Uribe. Esta se componía de cuatro cuerpos y en ella existió un zaguán, varias cuadras y un corral pequeño, además de tres salas bajas y dos dormitorios.

En el exterior existió un huerto con naranjos y algunos limoneros con espaldares. En el centro del patio se construyó una fuente y, entre otras dependencias, también se construyeron un corredor, varias cocinas, tres dormitorios, un pajar, dos graneros y dos cuartos fruteros.

Anexo al edificio construyeron una casa accesoria a la que se entraba por la calle del Ataúd. Tal familia se pudo permitir el lujo de contratar entre su servicio a tres criadas, un mayordomo, un lacayo y dieciséis mozos.

En el siglo XIX el hogar cayó en decadencia y sus dueños la convirtieron en un corral de vecinos. En los ochenta del siglo pasado el edificio fue destruido, aprovechando su solar para construir pisos de renta limitada. Sólo se mantuvo en pie su humilde portada.

viernes, 1 de enero de 2021

Barrios de Jaén: El Arrabalejo

La barriada de El Arrabalejo fue un entorno construido a extramuros de la ciudad en época bajomedieval, entre las puertas de Martos, del Aceituno y el portillo de San Agustín continuando por la ronda de muralla existente en la zona. En las huertas del poyo, junto a la actual calle del Rey Alhamar, allá por 1275, nació el convento de la orden de Santo Domingo. Posteriormente, sus religiosas se trasladaron a unas casas ocupadas actualmente por el Palacio Episcopal y, después, a la calle Maestra Baja.

La parte central de este enclave urbano fue siempre la Puerta del Sol. En ella se construyó una fuente monumental que recibía las aguas del raudal de La Magdalena en el siglo XVI, obra de Alfonso Barba y Miguel Ruiz de la Peña. En esta se levantan tres cuerpos. En el primero se encuentran dos hornacinas por donde salen los chorros de agua, mientras que en el segundo y en el tercero se pueden ver unas cartelas y unos escudos. La fuente es coronada por un jarrón y una inscripción en el que informa del año de su ejecución, 1574.

Junto al citado portillo se encontraba una hornacina con la imagen de un Cristo Crucificado que fue trasladado a una casa limítrofe cuando se decidió derribar la puerta. Las graves epidemias que han asolado la ciudad provocaron en el entorno de El Arrabalejo enormes tragedias, como la de los años 1855 o 1861, quizás por los estiércoles y albercas que existían en los alrededores.

Especial protagonismo recuperó el barrio con el intento de recuperar la feria de agosto a mediados del siglo XX. Durante los días 14, 15, 16 y 17 se celebraron verbenas, desfiles de gigantes y cabezudos, concursos de belleza, fuegos artificiales, juegos de sacos y hasta una procesión religiosa con las imágenes del Cristo de la Salud y Nuestra Señora de Agosto como protagonistas. El deficiente presupuesto de las fiestas provocó su desaparición años más tarde.

De la zona también ha desaparecido el chalé de Inocente Fe, construido en una huerta que este personaje ilustre poseía entre el barrio y el Paseo de la Estación. Junto a su vivienda se proyectó construir un hotel y se diseñó una calle, hoy en día conocida como Maestro Bartolomé junto con algunas viviendas de estilo regionalista. Este hecho marcó tendencia y la zona se convirtió en referente de la vida social de la ciudad durante los primeros años del siglo XX.

En la calle Puerta del Sol, en el espacio colindante con la actual calle del Arquitecto Berges, se construyó a finales del siglo XIX un matadero municipal gracias al empeño depositado por el arquitecto Justino Flórez Llamas. Hoy en día nada queda de ese espacio industrial, ya que en la actualidad se encuentra sobre el terreno el Residencial Las Peñas.