viernes, 1 de enero de 2021

Barrios de Jaén: El Arrabalejo

La barriada de El Arrabalejo fue un entorno construido a extramuros de la ciudad en época bajomedieval, entre las puertas de Martos, del Aceituno y el portillo de San Agustín continuando por la ronda de muralla existente en la zona. En las huertas del poyo, junto a la actual calle del Rey Alhamar, allá por 1275, nació el convento de la orden de Santo Domingo. Posteriormente, sus religiosas se trasladaron a unas casas ocupadas actualmente por el Palacio Episcopal y, después, a la calle Maestra Baja.

La parte central de este enclave urbano fue siempre la Puerta del Sol. En ella se construyó una fuente monumental que recibía las aguas del raudal de La Magdalena en el siglo XVI, obra de Alfonso Barba y Miguel Ruiz de la Peña. En esta se levantan tres cuerpos. En el primero se encuentran dos hornacinas por donde salen los chorros de agua, mientras que en el segundo y en el tercero se pueden ver unas cartelas y unos escudos. La fuente es coronada por un jarrón y una inscripción en el que informa del año de su ejecución, 1574.

Junto al citado portillo se encontraba una hornacina con la imagen de un Cristo Crucificado que fue trasladado a una casa limítrofe cuando se decidió derribar la puerta. Las graves epidemias que han asolado la ciudad provocaron en el entorno de El Arrabalejo enormes tragedias, como la de los años 1855 o 1861, quizás por los estiércoles y albercas que existían en los alrededores.

Especial protagonismo recuperó el barrio con el intento de recuperar la feria de agosto a mediados del siglo XX. Durante los días 14, 15, 16 y 17 se celebraron verbenas, desfiles de gigantes y cabezudos, concursos de belleza, fuegos artificiales, juegos de sacos y hasta una procesión religiosa con las imágenes del Cristo de la Salud y Nuestra Señora de Agosto como protagonistas. El deficiente presupuesto de las fiestas provocó su desaparición años más tarde.

De la zona también ha desaparecido el chalé de Inocente Fe, construido en una huerta que este personaje ilustre poseía entre el barrio y el Paseo de la Estación. Junto a su vivienda se proyectó construir un hotel y se diseñó una calle, hoy en día conocida como Maestro Bartolomé junto con algunas viviendas de estilo regionalista. Este hecho marcó tendencia y la zona se convirtió en referente de la vida social de la ciudad durante los primeros años del siglo XX.

En la calle Puerta del Sol, en el espacio colindante con la actual calle del Arquitecto Berges, se construyó a finales del siglo XIX un matadero municipal gracias al empeño depositado por el arquitecto Justino Flórez Llamas. Hoy en día nada queda de ese espacio industrial, ya que en la actualidad se encuentra sobre el terreno el Residencial Las Peñas.

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