Que una instalación con mil años de
historia no tuviera sus propios misterios sería impensable por el gran número
de personas que han transitado por el mismo.
Cuenta la leyenda que en los Baños
Árabes, o Baños del Niño, fue asesinado Alí ben Hammud, sexto califa omeya del
Califato de Córdoba en el año 1018, y que, desde entonces, a las doce del mediodía,
se siente la presencia del fantasma, absorbiendo las energías de los visitantes.
Al parecer, en pleno mediodía,
mientras el rey Alí estaba descansando en los baños públicos, entraron tres
enemigos, y mientras uno cerraba las puertas, otro hacía lo mismo con las
lucernas y un tercero avivaba el fuego de la caldera, de tal modo que la temperatura
aumentó considerablemente. El noble comenzó a sudar hasta que se quedó sin una
gota del mismo, muriendo al instante.
Otra leyenda comenta que estando su
majestad en la sala caliente le sorprendieron unos eunucos fieles a un noble
rival y lo apuñalaron hasta quedar herido de muerte. Siguiendo la costumbre
árabe, le dieron a elegir el punto donde quería ser rematado, eligiendo el rey
Alí una de las columnas de la sala templada, donde finalmente lo asesinaron.
En la actualidad, hay visitantes que
se han sentido mal, con pocas fuerzas e incluso ha habido algún que otro
desvanecimiento. Hay ocasiones en las que se han notado bajadas bruscas de
temperatura, o extrañamente se han descargado baterías de móviles o cámaras, o
se han velado películas fotograficas.
Hace unos años, unas mujeres de unos
veinte años de edad que visitaban los baños junto a un grupo de visitantes,
vieron a un hombre vestido con una túnica o bata larga hasta los pies que
pasaba por la puerta principal de acceso a la sala caliente. Este hombre estaba
en la zona templada, y al parecer miraba fijamente a estas mujeres. Cuando iba
a concluir la visita, se apagaron las luces de los baños provocando los nervios
entre los turistas. La guía que comandaba la visita preguntó al personal del
museo quién había apagado las luces, pero todos ellos juraron que nadie se
había acercado a ese sótano. Muchos pensaron que había sido el extraño hombre
que caminaba por la zona para invitar a estas personas a abandonar el lugar y
dejarlo tranquilo, pero nadie puede demostrarlo.
Lo cierto es que, dejando a un lado las leyendas, la
historia nos dice que el rey Alí pudo ser asesinado, pero no en los baños
públicos de Jaén, sino en los baños del Alcázar de Córdoba por unos siervos
pagados por Jayrán al-Saqlabi al-Fata al-Amirí, rey taifa de Murcia y Almería, quizás
formando parte de una conspiración de los seguidores de los omeyas, también en
el año 1018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.