viernes, 27 de diciembre de 2019

Los sanatorios de Jaén


A lo largo de la historia, las personas con problemas psicológicos se refugiaban en casas u lugares de acondicionamiento para ser tratados de sus dificultades mentales. Sin embargo, no fue hasta 1850 cuando, en el antiguo Hospital Provincial de San Juan de Dios, se habilitó una sala que no ofrecía ni las comodidades pertinentes ni una asistencia psiquiátrica adecuada. Este espacio estaba situado en un semisótano, con ventanas altas y fuertemente rejadas, daba poca luz y ventilación y colindaba con la calle Santa Úrsula.

Por el reducido espacio del que disponía esta sala dedicada a San Diego, en 1910 se iniciaron las gestiones pertinentes para construir un sanatorio provincial, planteando en un principio que fuera Úbeda el que acogiera este centro. Nueve años más tarde, tras ser cada vez más acusado la falta de espacio en el Hospital Provincial, y después de no existir evidencias de la construcción del nuevo sanatorio, se decidió demoler unas casas anexas al hospital provincial para construir un nuevo pabellón psiquiátrico, inaugurándose este nuevo espacio en 1926.

Aun así, todavía existía la necesidad de construir el añorado psiquiátrico, por lo que en 1928 se acordó proponer un concurso de adquisición de terrenos para alojar el edificio, especificando que este debía tener una extensión de entre 20 y 30 hectáreas y debería estar situado a unos 7 kilómetros de la ciudad. De nuevo esta idea fue aparcada para reiniciarla en 1932 sin muchas esperanzas.

En mayo de 1934 don Bartolomé Perales Jurado ofreció la finca “Viñas Nuevas” en la carretera de Madrid, siendo adquirida posteriormente por la Diputación Provincial. Tras las tareas de medición sobre el terreno, se encarga al arquitecto provincial don Luis Berges la elaboración del proyecto de construcción del sanatorio para introducirlo en los presupuestos provinciales del siguiente año.

Dos años más tarde, en plena contienda bélica, y ante la falta de un espacio digno para cuidar a personas con enfermedades mentales, el Antiguo Hospital Provincial de San Juan de Dios fue ocupado por el frente popular republicano y en su lugar los enfermos mentales fueron divididos por sexos y repartidos entre el Convento de las Bernardas y el Convento de las Descalzas.

Ya en 1940, con Francisco López Rivera como nuevo arquitecto provincial, se acomete de nuevo el expediente de construcción del sanatorio bajo los planos del ya fallecido Luis Berges Roldán. El edificio se dividía en tres bloques. Uno principal, de tres plantas, en el que se localizaría el sanatorio propiamente dicho. Uno secundario, que alojaría la capilla, la residencia de la comunidad y otras dependencias. Y un tercer pabellón dedicado al recibimiento de personas y una portería.

En los años 50 el sanatorio recibió un último impulso, abriendo sus puertas definitivamente en aquella época, y gozando de una gran salud hasta que en los años 70 este cayó en decadencia. Diez años más tarde, la corporación democrática socialista redactó un proyecto para modernizar las instalaciones del complejo, pero el edificio poco a poco fue reduciendo sus servicios hasta que en 1987 la Diputación Provincial ordenó el derribo del complejo, dejando en pie tan solo cinco salas para la escuela de enfermería.

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