Al
frente de la actual Plaza del Pósito, entre las calles Pescadería y Cronista
Cazabán, se mantuvo en pie durante muchos años un antiguo edificio conocido
como El Pósito. La construcción del mismo se debió a una donación que realizó
el Conde de Ureña en 1474 para limpiar sus pecados. Gracias a esto las casas
consistoriales se hicieron cargo de un hermoso espacio que daba a la antigua Plaza
del Mercado.
No
fue hasta 1547 cuando se inició su edificación. El interior se distribuía en
tres plantas más desván. Las plantas se comunicaban por rampas, para facilitar
el acceso a las caballerizas. El sótano disponía de almacenaje de aceite y el
piso bajo era un zaguán. El inmueble era sólido y de trabajada cantería y su
portada se abría en arco de medio punto.
En
el siglo XIX corrieron nuevos tiempos y el edificio El Pósito decayó en su función
principal. El Ayuntamiento lo empleó de cuartel, de prisión, de almacén, de
casa de socorro, parque de bomberos, cuartelillo de la Guardia Civil, academia
de la Banda Municipal…
En 1916 se pensó en rehabilitar el edificio y en convertirlo en Casa de Correos pero un año después se optó por venderlo a un particular. En 1919 se decidió desmontar su portada y utilizarla como acceso principal del nuevo Museo Provincial, condenando el espacio a su desaparición, cuya destrucción sirvió para hacer viviendas.
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