viernes, 24 de abril de 2020

En el olvido: Castillo de Fuentetéjar


Este castillo rural construido entre los siglos XII y XIII, transformado posteriormente en época cristiana, se encuentra en mal estado de conservación a causa del abandono y destrucción que ha soportado a lo largo de los años. Se encuentra dentro del término municipal de Jaén, a unos 17 kilómetros de la capital, a unos 5 kilómetros de Las Infantas y a unos 12 kilómetros de Mengíbar, en la cumbre de un elevado cerro desde el cual se puede controlar gran parte de las tierras colindantes.

Debido a que este espacio está habilitado como cortijo, han desaparecido elementos tan importantes como su torre del homenaje, hecha en mampostería. Algunas de sus estancias han sido transformadas en cuadras de ganado caprino. Aun así, siguen existiendo en la antigua fortaleza numerosos materiales cerámicos de diferentes épocas.        

La actual aldea de Fuentetéjar fue un espacio que pudo ser ocupado desde el siglo I d.C., no siendo descartable que su ocupación siguiera durante época islámica.

Quizá en época cristiana, concretamente a inicios del siglo XIV, esta pedanía aun no reuniera un buen número de habitantes, lo que provocaría que su iglesia perteneciera a una parroquia del vecino municipio de Mengíbar, perteneciente a su vez del Arciprestazgo de Jaén. A finales de dicho siglo, unos nobles de la ciudad decidieron donar el castillo a la Catedral primitiva de Jaén.
A finales del siglo XV, por culpa de unas luchas provocadas por Don Pedro de Girón y el Condestable Iranzo, esta aldea no pudo construir un núcleo habitado fuera de la fortaleza. No fue hasta la llegada de los Reyes Católicos cuando aparecen las primeras casas de labor en la pedanía, perdiendo el castillo su función de fortaleza y renombrado el inmueble como cortijo.

El castillo fue construido en mampostería. Estaba formado por cuatro torres, tres de ellas circulares y una cuadrada, por un patio de armas y por un lienzo que protegía la fortaleza. De todos estos elementos tan solo se conserva los perfiles de las torres, que fueron abandonadas o desmanteladas al no entrar dentro del perímetro del actual cortijo. La gran plaza de armas se encuentra muy deteriorada respecto a la idea original del mismo. 

La puerta de acceso, de lienzo occidental, se encuentra muy transformada al haber sido adaptada al paso de maquinaria agrícola. En los lienzos de la fortaleza se han abierto nuevas puertas para facilitar la convivencia dentro del cortijo y se ha añadido en el interior del castillo nuevas edificaciones y techumbres que dificulta el reconocimiento de este conjunto histórico.

Este espacio fue declarado Bien de Interés cultural gracias al amparo del Decreto de 22 de abril de 1949, así como de la ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

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