viernes, 28 de febrero de 2020

De leyenda: Enfrente del toro está el tesoro


Cuenta la leyenda que, en uno de los muros de la fortaleza del Castillo de Santa Catalina, existía una cabeza de toro esculpida en piedra acompañado de un letrero que decía: Enfrente del toro está el tesoro. Desde entonces, muchas personas han subido al cerro con picos y palas para escavar alrededor de la imagen, buscando sin éxito un tesoro que nadie daba con él.
Una mañana llegó un cazatesoros un tanto testarudo que se puso a cavar por el terreno como loco. Primero por la parte de enfrente del toro, como decía la inscripción, y después por la derecha y por la izquierda. No encontró nada. La frustración de este personaje provocó que utilizara su pico para proyectarlo contra la frente de la imagen del animal.
De repente, escuchó un intenso tintineo metálico. Al volver la mirada hacia la escultura, el joven vio con asombro como salía de la imagen un gran chorro de monedas de oro que surgía del agujero de la frente del toro. El tesoro no estaba en frente de la imagen, sino en la misma frente del animal.
Las leyendas siempre eran utilizadas con alguna finalidad. Quizá ésta informe de antiguos cultos en Jaén a la deidad masculina simbolizada por el toro, el cual se sacrificaba para recibir los dones de fertilidad o conocimiento de los dioses. No hay que olvidar que, en época primitiva, en el barrio de la Magdalena, nacía el agua que provenía del monte de Santa Catalina. En dicho distrito existían unos baños, conocidos como los del toro, ya que se comentaba que esos aseos estaban presididos por una gran escultura de este animal.

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