viernes, 4 de octubre de 2019

Callejero de Jaén: Maestra y Cerón


De la calle Maestra y la calle Cerón se puede decir que son dos de las calles más representativas del Jaén antiguo. La calle Maestra, como bien indica su nombre, era uno de los principales ejes viarios de nuestra ciudad. Comprendía antiguamente el tramo que ocupa la actual calle Maestra y la calle Martínez Molina, antiguamente conocida como Maestra Baja. Otra calle nombrada Maestra Alta ocupaba el espacio que hoy comprende la calle Almendros Aguilar. Esto se debía a que en el siglo XV se consideraban calles maestras a aquellos ejes viarios que orientaban el sentido del urbanismo de la ciudad, y de ahí su nombre.

Fue principal eje comercial durante varios siglos, pero también sede del antiguo Palacio del Condestable Iranzo, lugar de residencia y de trabajo del noble.

La calle Maestra, a lo largo del siglo XIX, era una calle en la que se concentraba la burguesía de la ciudad. Muchas de esas familias eran provenientes de otros municipios del país que traen nuevas ideas tanto en el aspecto comercial como en el arquitectónico, de ahí que la calle se mantenga como una calle esencial en el día a día de nuestros antepasados.

La calle Cerón era el complemento natural de la calle anterior, a la vera del cinturón amurallado de interior. En el siglo XVI sufre un primer ensanche, derribando varias casas para que pudieran pasar los carros de leña. Durante esa época, las casas se podían construir en el lado izquierdo de la vía, pero tras la conquista de Granada, la muralla se utilizó de apoyo para las nuevas viviendas. Hasta el año 1871, era la principal línea de conexión entre la Plaza de San Francisco y la Plaza de la Audiencia, ya que la urbanización de la calle Los Álamos era inexistente.

Caracterizada como zona comercial, a la calle se la conocía popularmente como calle de los pasteleros, de las pastelerías o de los confiteros, e incluso el espacio que abarca la calle Campanas y la Plaza de San Francisco se la conocía como la calle del Mesón de la Parra, por la antiquísima posada que habitaba en ese espacio.

Tuvo casas de banca, hoteles, las mejores casas de muebles del siglo XIX, varias imprentas, varias casas de sombreros, antiguas tabernas o modernos bares, la mejor casa de discos de la ciudad, tiendas de curtidos, ferreterías, tiendas de lámparas, almacenes de especias, tiendas de ultramarinos, camiserías… como se ha comentado anteriormente, la calle Cerón cumplió y sigue cumpliendo el complemento perfecto a otra gran vía de la ciudad, la calle Maestra.

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