viernes, 18 de octubre de 2019

Santisimo Cristo de Medinaceli en la capital del Santo Reino


La capital del Santo Reino tiene una imagen idéntica a la del conocido Santísimo Cristo de Medinaceli de Madrid, y para saber los verdaderos motivos que propiciaron la llegada de esta imagen a nuestra ciudad habría que echar un vistazo a la historia del señor cautivo de la capital de España.

Allá por el siglo XVII, el reino español estaba inmerso en diferentes conflictos bélicos, sobre todo en el norte de África, lo que propició que la imagen del señor de Medinaceli de Madrid viajara hasta la ciudad de La Mamora para que recibiera culto por parte de los soldados españoles. En esa ciudad permaneció cerca de setenta años hasta que en abril de 1681 el Sultán Muley Ismail invadió ese territorio y ordenó que la imagen de nuestro señor se trasladara a la vecina ciudad de Mequinez para que fuera arrastrada y tirada por las calles con el único fin de que la gente se mofara de la misma.

Un padre trinitario, al ver lo que ocurría en Mequinez, se pone en contacto con su majestad español el Rey Carlos II para recuperar la imagen ofreciendo el padre tanto oro como pesase nuestro señor.

Milagrosamente, el peso del cristo fue reducido a mínimos para enfado del sultán, que finalmente decidió venderlo a los Padres Trinitarios.

A España llegó la imagen en 1682, donde fue recibida con una gran devoción. Es por ello que los Padres Trinitarios deciden dar orden de que todos sus conventos tuvieran una gran réplica entre sus dependencias.

A finales del siglo XVII o comienzos del XVIII llega al extinto convento de la Trinidad de la capital del Santo Reino la imagen del Medinaceli que actualmente se venera en la Parroquia de la Magdalena desde mediados del siglo XIX.

Este convento de la Trinidad se encontraba en la calle trinidad del barrio de San Juan. Fue construido allá por el año 1246, pero lamentablemente, por culpa de la desamortización de Mendizábal, fue desmantelada hace casi doscientos años, provocando el traslado a la parroquia actual no sólo la imagen que nos concierne, sino también la venerada imagen de San Blas.

Como anécdota, se puede decir que el Medinaceli de Jaén podría estar en la actualidad procesionando por las calles de nuestra ciudad en las tardes del lunes santo ya que a mediados de los 80 aquel grupo de jóvenes que fundó la hermandad de la amargura pensaron en solicitar la imagen de este cautivo a la parroquia de la magdalena para que fuera titular de la hermandad.


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