Los
orígenes de la hermandad hay que buscarlos en el año 1978 cuando un grupo de
amigos aunados en torno a la Peña Los Cabales acuden a la Ermita del Rocío
atraídos por la fama de la romería almonteña. La experiencia resultó muy
positiva por lo que muchos de ellos repiten en años sucesivos, observando que
en el Rocío se hacen presentes todas las provincias andaluzas a través de sus
respectivas hermandades a excepción de Almería y Jaén.
En 1981
se inician las gestiones para crear en Jaén una hermandad de gloria,
consiguiendo que en febrero del año siguiente se aprueben sus estatutos,
acudiendo ya el 30 de mayo a la romería, en espera de que la hermandad Matriz
de Almonte autorice su incorporación de pleno derecho. Un año después, cumplen
con su objetivo.
Los dos
primeros años la hermandad radicó en la parroquia de San Eufrasio, pasando
después a la de San Juan de la Cruz, casa religiosa donde se encuentra en la
actualidad.
El santo
y seña de la hermandad es el tradicional “Simpecado”. De formato clásico, a usanza
de la Baja Andalucía, está confeccionado en terciopelo de chifón morado, en
alusión al pendón de la ciudad de Jaén. Bordado con diseño barroco, en oro y
con técnica de recorte, lleva en el centro la efigie de la Virgen del Rocío,
tallada en marfil y sobrevestida. Se porta en una bella carreta elaborada en
madera y alpaca plateada, donada el 15 de mayo de 2001 por la Asociación La
Carreta para nuestro simpecado. En la misma figuran diversos motivos alegóricos
a la ciudad de Jaén como las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa
Catalina de Alejandría, Nuestra Señora de la Cabeza, el Santo Rostro y Nuestra
Señora de la Capilla.
La
hermandad tiene como objeto principal el participar corporativamente en la
anual romería celebrada en el Santuario de Nuestra Señora del Rocío, en
Almonte, el domingo de Pentecostés. Ocupa el número 62 en el elenco de
hermandades. Para ello dispone en la aldea almonteña de una cómoda y amplia
casa de hermandad abierta desde 1991.
Todos
los años, en las fechas precedentes a la romería, celebra un triduo y, al
finalizar el mismo, tiene lugar una “Misa de Romeros”, tras la que la carreta
con el “Simpecado” recorre las calles de la ciudad para despedirse en emotivo
acto de las veneradas imágenes de la Virgen de la Esperanza, Nuestra Señora de
la Capilla, Patrona de Jaén, Cristo de la Buena Muerte y Nuestro Padre Jesús,
finalizando el recorrido al anochecer en un lugar de las afueras de la capital
donde el “Simpecado” es velado durante la noche por los hermanos que van a
iniciar la peregrinación.
Al día
siguiente, muy de mañana, se inicia el camino que suele durar cinco días y en
el que se viven momentos de gran emotividad como el paso por el Vado del Quema,
la parada en el Puente del Ajolí y finalmente la presentación oficial en el
Rocío. La hermandad asiste a todos los actos programados en la aldea el domingo
y lunes de pentecostés y luego regresa a Jaén haciendo su entrada en procesión
para dirigirse a la parroquia donde se interpreta una Salve a la Virgen en
acción de gracias.
A lo
largo del año se prodigan diferentes actividades de apoyo, ayuda y asistencia a
colectivos de ancianos, enfermos y desfavorecidos, como fórmula de proyección
social de la hermandad, que tiene en la caridad uno de sus fines primeros.
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