Ubicado
a dos kilómetros de la aldea, el castillo de Otiñar aparece enclavado en un
cerro amesetado, donde sus flancos Este y Sur caen de manera muy escarpada
sobre el curso del río Quiebrajano. Se tiene constancia de que, hasta el Pacto
de Jaén de 1241, el poblado de Otíñar tuvo un carácter eminentemente agrícola y
careció de defensas. La fijación de la frontera convirtió este lugar en un
punto decisivo en la vigilancia de los pasos serranos que por la Sierra Sur de Jaén
unían la ciudad de Jaén con el Prebético granadino. Su construcción
se suele datar en la segunda mitad del siglo XIII, aunque el alcazarejo se
considera posterior, del siglo XV. Se piensa que el recinto pudo edificarse
sobre otras estructuras más antiguas, de origen andalusí. Como parte del
sistema defensivo de Jaén, tenía conexión visual con la atalaya de
Torrebermeja, que a su vez comunicaba con el castillo de la ciudad.
La meseta
sobre la que se encuentra el recinto puede dividirse en tres espacios. Por un
lado se encuentra la zona Norte, en su tiempo ocupada por una aldea. Junto a
este se encontraba el espacio central, más estrecho que el anterior, en el que
se han encontrado fragmentos de muros formados por grandes bloques irregulares
de piedra. Y por último, en la zona Sur, se levantaría la fortaleza.
Los restos
más antiguos de la fortaleza datarían del siglo XI o anterior, aunque entre los
siglos XIII y XV se realizarían distintas obras para reforzar la edificación.
En ella es posible apreciar las murallas, que dependiendo del flanco y de la
base constructiva está realizado a base de piedra, tapial o mampostería, así
como una zona central donde se aprecian los restos de algunas edificaciones;
dos aljibes, uno adosado a la muralla occidental y otro frente a la entrada al
recinto; y el alcázar cerrando el extremo Sur de la meseta.
Compuesto
por una muralla y dos torres de planta cuadrada adelantadas en relación con el
lienzo de la muralla, se accede al interior desde una puerta con bóveda de
medio cañón ubicada en la torre oriental y que servía de suelo de una
habitación superior a la que se accedía mediante una escalera. Los laterales
Este y Sur de la fortaleza se encuentran limitados por la caída del cerro.
Mientras, en el lado Norte, se erige la torre de homenaje aprovechando que la
roca formada en dicho espacio tiene una elevación de cuatro metros. El castillo
dependía administrativa y militarmente del castillo de Jaén.
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