viernes, 16 de noviembre de 2018

Ermita del Calvario

La Ermita del Calvario se encuentra aún en la cúspide de una pequeña colina denominada "Cerro del Calvario", un cerro que hasta la década de los sesenta estuvo prácticamente aislado de la ciudad, ya que esta zona era un lugar muy propicio para la meditación y la oración, un reducto inmejorable para el recogimiento.

El edificio, de planta rectangular, está dividido en dos cuerpos claramente diferenciados. Todo el templo está construido en piedra de sillería, sin más detalle ornamental que una cornisa labrada que corre a lo largo de toda la parte superior de sus muros.

La fachada principal está ocupada en buena parte por una amplia puerta con un arco de medio punto apoyado sobre una cornisa labrada que corre por todo el frente. Comentar también que en la clave del mismo hay labrado un escudo en el que se puede ver un corazón atravesado por cinco puñales.

Esta puerta se cierra con una reja de hierro que permite ver perfectamente desde la calle todo el interior de la ermita. Tras esta, se abre el primer cuerpo del edificio, destinado principalmente a los fieles, cubierta con una bóveda de arco escarzano.

Otra bella reja de hierro forjado da paso al camarín propiamente dicho, que tiene planta en forma de cruz latina y está cubierto por una bóveda esférica, en cuya clave figuraba el escudo de la Orden Tercera de San Francisco de Asís, impulsores de la construcción de esta obra.
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El camarín es presidido por tres cruces de piedra levantados sobre elegantes pedestales, también de piedra. En la cruz central se encuentra un crucificado, también labrado en piedra, y una imagen de una dolorosa que se presupone fue colocada en 1778. En los laterales se abren varias capillas para dar culto a dos imágenes, San Martín de Porres y Nuestra señora de los Dolores, o de la Soledad, como también se la conoce.

Antaño se realizaba un viacrucis que discurría desde el entorno de la Salobreja hasta la ermita. Por el camino se construyeron cruces de piedra que representaba cada pasaje, hoy la mayoría desaparecidas.

Los orígenes de esta ermita son muy difíciles de concretar. Tan solo existe una inscripción moderna en el muro lateral que dice "Esta ermita propiedad de la venerable Orden Tercera de San Francisco de Asís fue construida hacia el año 1726".

A finales del siglo XVIII la ermita cayó en el olvido, lo que trajo consigo una serie de reformas entre los años 1800 y 1820. En 1823, el templo estuvo a punto de desaparecer por culpa de una ocupación del ejército. De nuevo a finales del siglo XIX sufre una nueva remodelación, aunque no es hasta la Guerra Civil española cuando recobra cierto protagonismo sirviendo el templo para albergue provisional de refugiados.

Falta hace pues que la ciudad vuelva sus ojos hacia este sencillo monumento, que ajeno a la sociedad y los tiempos, aún sigue como lugar rico en sobriedades y silencios. Como un excepcional humilladero para meditar en la tragedia del Gólgota.

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