Frente
a la Plaza del Mercado, anexo al barrio de San Ildefonso, se levantó la Casa de
las Cuatro Torres, un palacio nobiliario que remataba sus esquinas con cuatro
torres-mirador. El inmueble formó parte de un extenso complejo inmobiliario,
del que era dueño y señor el Conde de Torralba, compuesto por otras ocho casas
accesorias que llegaban al arroyo de aguas sucias de la calle Bernabé Soriano.
La
casa se componía de zaguán, tres caballerizas, tres patios, una fuente principal,
una cantina, jardín, tres salas principales, ocho cuartos dormitorios, dos
cocinas, una galería y cuatro cámaras con sus torres. La casa siempre estuvo
arrendada y en mano de administradores, por lo que el Conde de Torralba y su
familia jamás residió allí.
En
1808 la vivienda fue incautada y sirvió de cuartel a la Milicia Cívica española.
En otras ocasiones se utilizaron como lazareto para enfermos coléricos y luego se
transformó en posada de la que salían algunos coches de los pueblos y en la que
entraban y salían los corsarios, los tratantes y los labradores con posibles.
Así era el llamado Parador Nuevo.
En
1961 se demolió junto a las casas accesorias para conseguir una nueva
alineación de la plaza y en su excavación apareció una cabeza romana y un ara
con roída epigráfica.
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