En las ciudades españolas, entre los siglos XVI y XX, dentro del sistema político de la época, el Corregidor era la figura que presidía el Ayuntamiento y encarnaba en su persona los poderes y atribuciones de la ciudad. Los corregidores estaban obligados a vivir en un nivel de vida superior a la de cualquier vecino que gobernara.
En
el siglo XVI se pensó en levantar en Jaén una casa para este personaje. El
lugar elegido fue la Plaza de la Audiencia donde se edificó la denominada Casa
de los Corregidores. En sus inmediaciones se encontraba la Audiencia, la Cárcel
Baja y la Casa del Pregonero, haciendo del lugar el espacio perfecto donde las
funciones judiciales y de gobierno pudieran atenderse cómodamente.
La
Casa de los Corregidores era inmensa y por su trasera lindaba con la calle de
Cambil. En la fachada lucía un escudo imperial. Se componía de un portal, dos
caballerizas, dos patios, uno con agua principal de la Magdalena, dos salas,
dos cuartos, graneros y una cochera. Como hecho anecdótico, en mayo de 1808,
ocupándola el corregidor María de Lomas, este moría asesinado. La invasión de
los franceses era próxima y la Guerra de la Independencia estuvo a punto de
estallar.
Desde entonces la casa quedó en desuso. Años más tarde, el edificio pasó a conocerse como Casa de la Justicia, y un buen día, el Ayuntamiento decidió venderla en subasta pública. Desde 1835 estuvo en manos de particulares. Fue casa de vecinos, sede del Casino de Artesanos y bodegón. En 1960 se demolió y en su lugar se levantaron otras viviendas a la que se incorporaron parte de sus elementos constructivos. Por desgracia, el edificio sustituto también fue demolido en 1995.
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