viernes, 8 de noviembre de 2019

Callejero de Jaén: Los Álamos, Doctor Eduardo Arroyo, San Clemente y Plaza de los Jardinillos


El entorno de la calle Los Álamos y Doctor Eduardo Arroyo era antiguamente un espacio totalmente distinto a la actualidad. La primera calle terminaba en una plazuela que al mismo tiempo terminaba en otra plaza, de mayor dimensión, conocida como Plazoleta de los Montoro.

Esta plaza siempre tuvo un carácter industrial ya que allí se instaló la primera fábrica eléctrica con generadores de vapor. Más adelante, esta nave fue ocupada por la fábrica de cervezas El Lagarto, primera fábrica de bebidas alcohólicas de la ciudad, y posterior fábrica de cervezas El Alcázar. En los años 50, la sede de la misma sufrió un accidente en las calderas que provocó el traslado de la empresa a las actuales instalaciones de La Imora, con el fin de garantizar la seguridad de los ciudadanos.

La calle Los Álamos, a la altura de la intersección con la calle Espartería, se estrechaba, originando a partir de este punto la creación natural de un campillejo, conocido como Las Cruces. En ese espacio se encontraban diversos edificios como la sede de la Delegación de Obras Públicas, en el mismo lugar donde el ilustrísimo médico don Bernabé Soriano diseñó su vivienda particular.

En los años 50, cuando el parque automovilístico creció y la circulación se convirtió en insostenible, se precisó de una reforma integral que provocó la demolición de viviendas y la creación de la actual calle Eduardo Arroyo que conectaría la calle Los Álamos con la Plaza de los Jardinillos y que al mismo tiempo partiera en dos el barrio de San Bartolomé, como así ha sucedido.

La calle San Clemente fue durante muchísimo tiempo una calle de tránsito, casi obligatorio, entre lo que era la ciudad oficial y la zona de extrarradio de la época. Existían dos edificios bien característicos en la vía. Por un lado, se encontraba la Ermita de San Clemente, dependiente de la Basílica Menor de San Ildefonso. Actualmente es sede del Convento de las Esclavas del Santísimo Sacramento.

Justo enfrente se encontraba otro edificio dedicado a la medicina, el inmenso Hospital de José y María. La planta baja del mismo se utilizaba como almacén de grano, conocido popularmente como La Triguera, un espacio donde las semillas se vendían al por mayor. También existieron otros establecimientos muy populares como el estudio fotográfico de Garrido y una imprenta donde se hacían los impresos de propaganda y otros prospectos anunciadores de los cines de Jaén.

A la Plaza de los Jardinillos se la llamó originariamente Plaza de San Antonio, por el convento del mismo nombre. Era una plaza enorme de terrizas sin urbanizar hasta que en plena Guerra Civil la explanada se utilizó para construir un gran refugio antiaéreo y para depositar escombros. A principios de los años 40 se emprende en la capital una serie de obras públicas de urbanización con el fin de paliar el alto paro que existía.

Gracias a esta iniciativa, se limpia y adecenta el espacio construyendo unos jardines, colocando una fuente en la parte central y trasladando a la misma la estatua dedicada a don Bernardo López. En ella se diseña también un paseo agradable que permitía escuchar las tardes de los jueves y domingos de verano las últimas novedades musicales en la piscina municipal, justo en el mismo punto donde se encuentra levantado el actual edificio de Correos.

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