La
devoción a la Virgen del Carmen está íntimamente ligada al religioso convento
de Nuestra Señora de la Coronada fundado en 1511 en los extramuros de la Puerta
de Martos, cerca de los ejidos de Santa Isabel.
Allí
surgió, a finales del siglo XVI, una hermandad con advocación a Nuestra Señora
del Carmen y San Alberto, ligada al gremio de zapateros, curtidores y
mercaderes en corambres, de la que ya hay constancia documental en el año 1600
y cuyo prioste era Bartolomé de Paredes.
Dicho
convento tuvo que ser trasladado en el año 1621 al interior de la población, en
lo que hoy se conoce como Plaza de los Rosales, donde se renueva la cofradía
dos años más tarde, datando sus primeros estatutos en dicha época.
A partir
del 1798, esta cofradía tuvo licencia para celebrar cabildos en el convento.
Eran durante esos días cuando se celebraba su fiesta anual el tercer domingo de
septiembre terminando los festejos con una procesión. Durante la guerra de la
Independencia el fervor se afianzó. La victoria conseguida por las tropas de
Castaños junto a Mengíbar en el día del Carmen motivó que se trajesen hasta la
capital del Santo Reino diversos trofeos tomados a los franceses, que se
depositaron a los pies de la Virgen del Carmen a la que se dedicó una
multitudinaria función de acción de gracias.
Ocupado
Jaén por los franceses y cerrado el convento de la Coronada en 1810 a causa de
las leyes desamortizadoras de José I, la cofradía llevó la imagen a la
Parroquia de San Pedro, de donde regresaría a su casa en 1814.
Desgraciadamente, en 1837, tuvo que volver a San Pedro con motivo de la famosa
desamortización de Mendizábal, donde se dispuso una hermosa capilla.
La ruina
de la parroquia de San Pedro allá por el año 1904 llevó a la imagen y a la
cofradía a la iglesia parroquial de San Juan para que, nueve años después, este
nuevo hogar para la hermandad fuese declarada sede definitiva de la misma,
elaborándose nuevos estatutos en 1922.
En la
actualidad se rige por unas reglas aprobadas el 20 de abril de 1994 por el
obispo Don Santiago García Aracil y está establecida en la parroquia de San
Juan y San Pedro, donde dispone de altar propio.
La
imagen actual es obra del escultor granadino José Navas Parejo y fue bendecida
el 14 de julio de 1949 para reemplazar a la destruida en la guerra civil, de la
que se conservan algunas bellas vestiduras y los escapularios de plata, piezas
de interés del siglo XVIII.
Tiene
como fin esencial difundir la devoción al Carmelo y el Santo Escapulario y
fomentar la devoción mariana de sus cofrades. En la actualidad, sigue celebrando
su fiesta principal el 16 de julio con una misa solemne y al atardecer una
devota procesión que recorre buena parte del casco antiguo de la ciudad.
En los
días precedentes se celebra una novena que finaliza con fiesta principal e
imposición de escapularios. La víspera del Día del Carmen suele realizarse una
ofrenda floral y un besamanos, así como la imposición infantil de escapularios,
y al día siguiente, honras fúnebres por los cofrades difuntos. Los primeros
sábados de mes se reza el santo Rosario y se interpreta la Salve a la Virgen.
Los cofrades gozan de numerosas gracias espirituales.
En su
patrimonio musical cuenta con unos gozos y la marcha procesional Nuestra Señora
del Carmen de la Coronada, original del maestro Don Manuel Vilches, estrenada
el 12 de julio de 1997 y a la que en mayo 1999 puso letra Juan Carlos
García-Ojeda Lombardo.