Don
Pedro Ordoñez de Ceballos nació en Jaén entre 1545 y 1547. De padres
cristianos, este viajero por el mundo cursó sus primeros estudios en la
parroquial de San Andrés de la capital con el maestro Juan Díciar. A los nueve
años, se mudó a Sevilla para seguir estudiando con los jesuitas y con el maese
Rodrigo donde vivió la adolescencia hasta que se vio forzado a abandonar la
ciudad supuestamente “por un problema de faldas”.
Por este
hecho, Don Pedro Ordoñez de Ceballos recorrió el mundo a lo largo de 35 años,
como por ejemplo Latinoamérica, donde fue ordenado sacerdote por fray Luis
Zapata de Cárdenas, arzobispo de Santa Fe, en Colombia. En la Conchinchina, Don
Pedro bautizó a una reina que se enamoró de él, lo que provocó que de nuevo
tuviera que huir por ver peligrar su vida.
A lo
largo de su existencia fue de todo: Comerciante, soldado, aventurero,
sacerdote… ¡hasta pudo ser rey! Según afirmó él mismo, recorrió más de 30.000
leguas por tierra y mar, llegando a ser conocido como “Elcano con sotana”.
En el
año 1600 regresa a Jaén, muy dañado por la vida que había llevado, para
redactar un total de seis libros en una casa cercana a la Parroquia de San Pedro,
a saber:
Viaje
del mundo hecho y compuesto por el licenciado Don Pedro Ordoñez de Ceballos
natural de la insigne ciudad de Jaén.
Los
Quarenta Triumphos de la santísima Cruz de Christo.
Tratado
de las relaciones verdaderas de los reynos de la China.
Historia
de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén
Tres
entremeses famosos (del Rufián, del Astrólogo médico, del Emperador y demás).
Viaje
del mundo.
Coincidiendo
con su regreso a España es nombrado canónigo de la Catedral de Astorga, pero
decidió no tomar posesión de su cargo para continuar viviendo en la capital del
Santo Reino. En 1616 fue nombrado vicario general de los reinos de la
Conchinchina, Champaa y Laos, pero no pudo emprender ese viaje a estas zonas
por motivos de salud. También fue nombrado Chantre de la iglesia de Huamanga en
el Perú, pero tampoco pudo viajar hasta Latinoamérica por el mismo motivo que
el anterior.
Finalmente, Don Pedro Ordoñez de Ceballos falleció en el lugar donde lo vio nacer y lo vio vivir los últimos años de su vida. Se dice que pudo estar enterrado en la antigua Parroquia de San Pedro, e incluso exhumado del mismo, pero no existen en la actualidad documentos que lo demuestren.
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