En su
interior, la parroquia estaba dividida en tres naves separadas por arcos
fajones de medio punto además de un techo artesonado. El templo se completaba
con un altar mayor de estilo barroco y varias capillas dedicadas a San
Bartolomé, Ánimas, Virgen de las Angustias y Virgen del Carmen, esta última
trasladada a la vecina iglesia de San Juan.
En 1904,
debido a las filtraciones de aguas y al deterioro de la techumbre, se decide
trasladar el culto a la cercana parroquia de San Juan ya que, a lo largo del
siglo XIX, se decidió que esta última fuera iglesia auxiliar de San Pedro,
provocando su supresión.
Definitivamente,
en 1914, la parroquia cerró sus puertas y la feligresía fue trasladada a la
Parroquia de San Juan, la cual pasaría desde entonces a llamarse Parroquia de
San Juan y San Pedro. Finalmente, en 1967, se lleva a cabo la demolición del
templo para construir un bloque de pisos.
Como
dato curioso, un ilustre de nuestra tierra, Don Pedro Ordoñez de Ceballos,
conquistador que participó en varias gestas alrededor del mundo en favor de la
corona española, pidió ser enterrado en esta parroquia, aunque no existen
documentos que prueben este hecho.
Con la construcción de esta parroquia nació un
barrio, el de San Pedro, que contaba en aquella época con unas 8.000 personas
censadas. Paradójicamente, con la desaparición del templo, se esfumó un barrio,
unas señas de identidad, un rincón de nuestra historia que actualmente es
ocupado por otro barrio llamado “San Juan”.
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