viernes, 8 de marzo de 2019

Ilustre y Antigua Archicofradía Sacramental de la Basílica de San Ildefonso


Fue fundada el 15 de septiembre de 1523 “viendo y sabiendo los grandes perdones e indulgencias que se ganan establecidas y otorgadas por los Padres de la Santa Iglesia de Roma a todos los que son en la honra y acompañamiento del Santo Sacramento y a los que visiten su santo sagrario”.

El 1 de noviembre de ese mismo año sus estatutos fueron aprobados por el cardenal Esteban Gabriel Merino, obispo de Jaén. Unas reglas que constaban de un preámbulo y cuarenta y un capítulos y que estuvieron desaparecidos durante muchos años, hasta que Don Manuel Sagrista las recuperó allá por el año 1849.

Las constituciones establecían como obligaciones fundamentales de los cofrades el acompañar con candelas el Santo Viático cuando saliese de San Ildefonso, celebrar la fiesta principal y rezar diez padrenuestros y otras tantas avemarías en sufragio de los hermanos fallecidos, a los que se acompañaba en un sepelio portando el féretro.

Los cofrades debían participar en los oficios del Jueves y Viernes Santo y hacer turnos de vela de media hora ante el Monumento. También acudirían a la procesión del Corpus, todo ello bajo pena de una libra de cera en caso de ausencia.

El gobierno de la cofradía lo constituía un prioste, cuatro alcaldes, un muñidor y el escribano. Dos de los alcaldes desempeñaban las funciones de tesorero y fabricano. En principio, el número de cofrades era solo de cuarenta, aunque podían inscribirse en condición de supernumerarios a espera de vacante, cuantos lo deseasen siempre que tuvieran avecindados en el barrio de San Ildefonso.

Desde las primeras décadas del siglo XIX esta cofradía estuvo asociada íntimamente a la familia Sagrista, uno de cuyos miembros más queridos, Don Rafael Ortega Sagrista, ejerció largos años como prioste, llevando a la cofradía a un periodo de esplendor en que se aunaban la discreción con la tradición, constituyendo a esta hermandad en una hermosa reliquia de los fervores eucarísticos del viejo Jaén.

Por su carácter singular sus símbolos representativos son el estandarte y sus estatutos originales, hermoso códice de catorce folios en pergamino, escritos en letra gótico-humanística con bellas orlas y miniaturas, encuadernados en terciopelo carmesí con adornos en plata.

Establecida desde su fundación en la Basílica Menor de San Ildefonso, su fin esencial es la exaltación de la Eucaristía. Todos los años, el domingo infraoctavo de San Ildefonso celebra la denominada “Fiesta del año” en la que, tras oficiarse la Eucaristía, hay Exposición Mayor del Santísimo Sacramento y a continuación procesión claustral por las naves del templo, que tras detenerse en varios altares finaliza en la capilla de la Patrona de la Ciudad, donde se canta una Salve y se hace la Solemne Reserva.

También ofrece una misa por los cofrades difuntos. En los días previos a la fiesta, se celebra un triduo. Además, tiene a su cargo la celebración de Misas en determinadas festividades, seis sabatinas y una Misa y acto eucarístico por las vocaciones en los primeros jueves del mes.

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