viernes, 19 de enero de 2018

Personajes ilustres de nuestra tierra: Miguel Lucas de Iranzo

No se sabe con exactitud ni su fecha de nacimiento ni su lugar de origen, pero si se conoce que Miguel Lucas de Iranzo murió en Jaén como quinto Condestable del reino de Castilla bajo las órdenes del rey Enrique IV.

No tuvo unos comienzos fáciles, ya que su educación transcurrió en el seno de una modesta familia hasta que entró al servicio del marqués de Villena. Gracias a éste entró en la corte castellana de Juan II como paje de su hijo Enrique, con el que mantenía un vínculo afectivo.

En su carrera profesional ascendió rápidamente desempeñando puestos de responsabilidad como Halconero Mayor del Reino, Chanciller Mayor de Castilla y alcaide de Alcalá la Real, Andújar y Jaén. En 1455, fue miembro del Consejo Real. Posteriormente fue nombrado Corregidor de Baeza y finalmente Condestable del reino.

Estos nombramientos provocaron la enemistad de los aristócratas de la época ante la probabilidad de influir directamente en las decisiones militares del rey, por lo que el condestable acabó trasladándose a Jaén en 1459. Se instaló en un palacio que mandó construir en la calle Maestra, Palacio de Cultura del Ayuntamiento en la actualidad. En su palacio vivió hasta su muerte con su esposa María Teresa de Torres y Portugal, hija del señor de Villadompardo y Escañuela, y sus dos hijos, Luisa y Luis de Iranzo. La primera murió joven y el segundo tomó los hábitos franciscanos.

En Jaén el condestable crea la jaenciana, una casa de moneda que fue visitada por el propio Enrique IV en 1469. Manda allanar la plaza de Santa María y la actual calle Bernabé Soriano, creada esta por él mismo, en la que existían unas moles de piedra de gran tamaño. También se acometieron obras de acondicionamiento de la ciudad, como el traslado de las carnicerías extramuros, a la actual Puerta Barrera.

Entre sus principales conflictos destaca la expulsión del obispo de Jaén, Alfonso Vázquez de Acuña de la ciudad que tuvo que trasladarse a su fortaleza de Begíjar por orden del rey Enrique IV, tras las disputas con el condestable.

El 21 de marzo de 1473 Miguel Lucas de Iranzo fue asesinado mientras rezaba de rodillas en la capilla mayor de la Catedral de Jaén. Se dijo que el condestable daba apoyo a los judíos, ya que incluso se opinaba que pertenecía a esta religión, aunque, probablemente, la causa fueran los celos de otros nobles. Posiblemente en el asesinato participara el marqués de Villena.

"Esto fue la causa de que el odio y envidia de la muchedumbre se revolviése contra él de tal quisa, que con cierta conjuración que hicieron un día le mataron en una iglesia en que oía misa. La rabia y furia fue tan arrebatada y tal el sobresalto, que apenas dieron lugar para que Doña Teresa de Torres, su mujer, y sus hijos se recogiesen en el Alcázar". "Como el Condestable pusiese las rodillas para facer oración, uno del pueblo, que más cerca del se falló, le dio tan grande golpe con una ballesta de acero en la cabeza, que dio con él en el suelo, e todos los que cerca del estaban lo firieron con lanzas e espadas de tal manera que no quedó señal de persona humana, e luego todos juntos fueron a robar o matar a los conversos".

En un principio, se culpó injustamente a los judeo-conversos, que tendrán que padecer uno de los momentos más horribles y virulentos de la historia de Jaén. La masa popular se dirigió hacia los barrios de los conversos para convertirlos en una verdadera carnicería.

Tras su muerte, el rey Enrique IV se presenta en Jaén de incógnito y se dirige al Concejo, donde pregunta por ciertos jurados y regidores, a los que manda colgar de las ventanas, al parecer en venganza por el asesinato del Condestable. Muchas teorías alrededor de esa muerte se crearon llegando hasta nuestros días.

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