El antiguo hospital de San Antonio de Padua se encontraba situado en el edificio anexo a la parroquia del mismo nombre, en la calle Madre Soledad Torres Acosta. Si bien siempre se ha comentado que Alonso del Santo fundó dicho refugio en 1528, lo cierto fue que el capitán Hernández Pérez Oturiel y su esposa, doña Aldonza de Funes se encargaron de impulsar aquella beneficencia setenta años antes.
La
intención de este matrimonio era la de escuchar misa en la iglesia que
construirían anexa al hospital tanto para ellos como para los vecinos del
barrio. Un 18 de enero de 1458, por parte del obispo don Alonso Sánchez de
Acuña, se funda oficialmente el hospital y su parroquia. Salvo el edificio
religioso, el resto del recinto fue reconstruido para albergar en su interior a
la Orden de las Siervas de María.
De
la parroquia, existe documentación que testifica que la fábrica actual no data
del siglo XV. La anterior a la actual pudo ser modesta. La presente, sin
embargo, data de principios del siglo XVIII, mandada a construir por Fray
Rodrigo Marín y Rubio y por su sucesor, don Manuel Isidro de Orozco. Los
encargados, sin embargo, de su construcción, fueron los arquitectos Francisco
Martínez y Francisco López de Rojas.
La
ermita, labrada en piedra, ofrece una fachada norte, situada en la calle
Federico Mendizábal, hoy en día cegada. Su diseño, basado en un orden
apilastrado toscano y almohadillado con bolsores en su dintel con la clave
decorada por hoja de acanto y un alquitrabe con triglifos y metoda de diverso
repertorio ornamental, presenta muchas similitudes a la de cualquier fachada de
palacio que han existido en la capital del Santo Reino. Por encima del
entablamento, flanqueada por las volutas de un frontón partido, se encuentra
una hornacina dedicada al santo titular.
La
otra portada, un poco más austera, se encuentra situada en la Plaza de los
Jardinillos. Se comenta que dicha fachada es muy parecida a la que en su día
fue la portada de la también desaparecida Ermita de San Félix el Cantalicio.
El
interior, de una sola nave rectángular, se cubre con bóveda de cañón con
lunetos de yeserías y con adornos barrocos de guirnaldas que festonean los lunetos
y los pinjantes que cuelgan en los muros bajo la cornisa.
Su
cabecera miraba al este, pero al abrirse una nueva puerta en la calle Madre
Soledad Torres Acosta, este fue cambiado de orientación, provocando reformas en
el testero que abría el camarín del santo enmarcado por el retablo. También
provocó que desapareciera una importante caja de piedra apoyada en una moldura
doble de talón y toro en 1970.
Por
último, en el interior de la parroquia existieron pinturas y esculturas que hoy
en día han desaparecido. Entre ellas, destacaron pinturas realizadas por los
artistas Francisco de Pancorbo, José Caraza, Manuel Delgado o Juan de Medina, o
esculturas diseñadas por Mateo Medina o Josef Espantaleón, entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.