Manuel
José Castro, tosiriano de 37 años y camarero del Pub Princesa, fue encontrado
muerto en dicho local el 23 de marzo de 1995. El cuerpo presentaba un fuerte golpe
producido por un extintor y varias heridas de arma blanca en el pecho. Este fue
hallado envuelto en espuma, según la policía, en un intento del asesino por borrar
cualquier indicio que lo involucrara.
Durante
semanas la policía interrogó a los clientes que esa noche estuvieron en el
establecimiento, a amigos de la víctima y a delincuentes habituales. Los
investigadores no encontraron nada. Cuando la investigación parecía estar en
punto muerto, meses después, un vecino de la capital con graves problemas
psiquiátrico amenazó a una pareja con un cuchillo.
Fue
la madre quien denunció a su hijo porque este le había confesado que había
cometido un crimen. Cuando la policía registró su casa, encontró el arma y un
pijama del hospital manchado de sangre. Francisco José C. A. fue ingresado en
prisión por orden del juez, pero debido a sus trastornos mentales fue trasladado
a la planta de psiquiatría del Hospital Princesa.
Las pruebas forenses que se efectuaron dieron como resultado que la sangre hallada en dicho pijama pertenecía al camarero asesinado. Por desgracia, cuando estos resultados se hicieron públicos, el asesino se suicidó. El caso fue archivado de forma provisional en 1997 aún sin esclarecer si Francisco José pudo o no contar con la ayuda de una presunta mujer de la que nunca existieron pruebas sólidas que la incriminara en los hechos.
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