A
la calle Virgen de la Capilla se la conoce como cruce de caminos porque en este
vial estuvo ubicada la Puerta de Barrera, uniendo, pasando por esta, la Avenida
de Madrid con la Plaza de la Constitución. Esta calle, en sus inicios, era
excesivamente estrecha, lo que la convertía en peligrosa porque hasta los
simples carros que transitaban por la misma tenían con mucha facilidad diversos
accidentes que hacían imprescindible hacerle una nueva alineación.
La
operación inmobiliaria que hubo que realizar para ensanchar la vía fue
demasiado compleja porque hubo que efectuar expropiaciones a familias con
influencia en el gobierno de la ciudad, en concreto dos casas viejas a lo largo
de la fachada que va desde la Plaza de la Constitución hasta la calle Correa
Weglison. Fue una de las operaciones urbanísticas que mejor se ha planteado en
nuestra ciudad y que mejor se ha hecho con mayor decisión, haciéndose con tal
precisión que se realizó en tiempo récord.
Sobre
los azulejos que anuncian el nombre de la calle hay una pequeña imagen de la
Virgen de la Capilla porque la vía es nombrada como la co-patrona y Alcaldesa
Mayor de la capital del Santo Reino, y a la altura del número 10 existe un
edificio, proyectado por el arquitecto Luis Berges en los años 30, que responde
a la tipología de edificación en bloque con planta baja de uso comercial y
plantas superiores destinadas a vivienda. La fachada presenta un cuerpo volado
en forma de mirador y los vanos laterales con balcón y barandilla son
realizados con tubos. El último piso está realizado en fábrica de ladrillo
mientras que en el bajo comercial aún se conserva un mosaico de piedra
elaborado por el artista Francisco Baños.
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