Don Alonso Suárez
de la Fuente del Sauce, obispo de Jaén, fue prelado de Jaén en la primera mitad
del siglo XVI. Fue un hombre que pasó a la historia de la Diócesis como un gran
constructor, al ser el responsable de la creación de, entre otras, el Santuario
de San Ildefonso de la capital del Santo Reino. A finales del siglo XV nació
este personaje en el municipio avilés de Fuente del Sauce. Antes de llegar a
Jaén, fue obispo de Madroñero y Lugo y Consejero Mayor del Reino e Inquisidor
General.
A Don Alonso
Suárez de la Fuente del Sauce se le debe la edificación de la primera catedral
gótica, antecedente que le valió para ser enterrado en la capilla mayor de la
misma. En 1635 fue trasladado temporalmente a la sacristía de la actual
catedral con motivo de unas obras en el corazón de la fábrica eclesiástica.
Cuando concluyeron
las obras en el templo trazado por Andrés de Vandelvira, el Cabildo Catedralicio
decidió que el obispo había perdido todos los honores que le posibilitaba
seguir enterrado en la capilla mayor al haberla transformado casi en su
totalidad el arquitecto toledano. Para eso, desde Cabildo se propuso que Don
Alonso Suárez de la Fuente del Sauce debía ser enterrado con el resto de
obispos, algo que su familia se negó por completo. Sus parientes estimaron que
era de justicia volver a enterrar el cuerpo del obispo en el altar mayor.
Esto provocó que
se iniciara un litigio entre ambas partes, dando como solución preventiva que
el cuerpo del prelado fuera ubicado en la capilla mayor, pero sin ser sepultado,
colocando su cadáver en un mueble diseñado para albergar al fallecido. 300 años
más tarde, el cuerpo permanecería en dicha capilla, esperando la resolución del
litigio entre familiares del difunto y el Cabildo Catedralicio.
Durante estos tres
siglos la familia ofrecía una vez al año una serie de bienes al Cabildo tales
como cera, miel, ganado… El motivo por el que los parientes del obispo realizaban
esta ofrenda se debe a que con este acto seguiría en pie sus reclamaciones.
En 2001, el obispo
de la Diócesis de la capital, Don Santiago García Aracil, oficializa un acuerdo
con los parientes de Don Alonso en el que los restos del difunto serían
sepultados definitivamente en la Capilla del Santo Rostro. La fecha en la que
Don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce recibió cristiana sepultura fue el 13
de mayo de ese mismo año.
El mueble que
sirvió de féretro durante siglos aún permanece a la izquierda de la Capilla
Mayor sin la inscripción que indicaba el uso funerario del menaje, y que decía
así: “Alonsus Suares de la Font”, “Obispus Insepultus”, Falleciorum 1.520,
sepultorum 2.001. Ret in cantem pace.
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