viernes, 19 de julio de 2019

De leyenda: El callejón del Duende


Cuenta la leyenda que a finales del siglo XIX la actual calle de Joaquín Costa era conocida con el nombre de "Callejón del Duende", en alusión a esos pequeños seres que, durante muchísimos años, provocaron numerosas molestias en las casas de aquella calle.

En dicho callejón vivía un hombre mayor con acento extranjero. Siempre salía de su casa muy temprano y no regresaba a la misma hasta la tarde, para luego abandonarla de nuevo por la noche para regresar casi de madrugada.

Estos horarios comenzaron a inquietar a la vecindad. Una noche, un vecino, aprovechando que la casa del personaje misterioso estaba vacía, decidió entrar en la propiedad con el fin de averiguar el porqué de tantas salidas nocturnas. Dentro de la casa encontró una gran cantidad de frascos y tarros con numerosos líquidos y un mapa que no comprendió, además de otros objetos que le resultaron muy extraños.

Nuestro personaje misterioso, al regresar a su hogar, descubrió que alguien había estado rebuscando entre sus cosas y pensó en tender una trampa para saber quién había sido el intruso que se había atrevido a violar la intimidad de su domicilio privado.

Al día siguiente, el vecino cotilla esperaba desde muy temprano la salida de nuestro personaje misterioso y cuando observó que estaba alejado de su casa, volvió al interior para continuar investigando.

Nada más entrar en el hogar el vecino curioso se encontró con un destello de luz y un sórdido crujido acompañado de un golpe tremendo que le hizo caer al suelo. Rápidamente, el ruido despertó a los vecinos que se acercaron a la casa a ver qué ocurría y entonces el intruso, inteligentemente, comenzó a chillar diciendo que le había atacado algo así como un fantasma y un duende. Cuando regresó el dueño de la casa los vecinos le informaron de lo que había ocurrido y este le prometió buscar al duende, que quizá se escondiera entre los libros.

Lo cierto es que nuestro misterioso personaje averiguó de esta forma quién había entrado en su casa. Invitó al vecino curioso a sus dependencias para decirle que no pensaba denunciarlo y que, si quería, le podría revelar su secreto con la condición de que nunca lo contara a nadie.

Según cuenta la leyenda, nuestro personaje misterioso se llamaba Jonás. Este comentó a su vecino que sus antepasados habían sido expulsados de la capital del Santo Reino por los Reyes Católicos y que, pensando sus antepasados que podrían regresar algún día, escondieron un tesoro del que solo quedaba un plano que era la referencia para encontrarlo varios siglos después.

A la semana de contarle a su vecino el secreto que guardaba, Jonás encontró el tesoro de su familia y se marchó de la ciudad, no sin antes dejar a su vecino y ayudante como responsable de las casas que poseía. Desde entonces, a este rincón de la ciudad se la conoce como “El Callejón del Duende”.

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