José del Prado y Palacio,
nacido en 1865, fue un ingeniero y político español perteneciente a una de las
familias más influyentes de Torredonjimeno que habían hecho de la capital del
Santo Reino su residencia. En 1890 se casa con la aristocrática tosiriana María
Teresa Fernández de Villalta y Coca, hija del I marqués pontificio de Villalta.
Miembro del Partido
Conservador, a los veintiséis años fue nombrado alcalde de Jaén. Dos años más
tarde, fue nombrado caballero de la Orden de Santiago y elegido diputado por
Jaén en las elecciones de 1899 a 1910 y por Lugo en las de 1914, aunque
renunciaría al escaño en 1915 al ser nombrado senador vitalicio. Fue ministro
de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1919. Fue además alcalde de Madrid en
dos ocasiones, en 1915 y en 1917 y en 1920, Alfonso XIII le otorgó el título de
marqués del Rincón de San Ildefonso.
Además de los cargos
mencionados anteriormente, fue secretario y vicepresidente del Congreso,
director general de Obras Públicas y Agricultura, senador del Reino, mayordomo
de Alfonso XIII, caballero de la Real Maestranza de Caballería de Granada, y
fue condecorado con la cruz de la Orden de Isabel la Católica, la Cruz del
Mérito Militar y recibió el nombramiento de caballero de la Orden de San
Gregorio Magno.
No sólo brilló como
político, sino como intelectual regeneracionista. En 1917, mientras Europa se
desangraba en la I Guerra Mundial, José del Prado publicó su libro Hagamos
patria, donde plasmaba el programa político que más tarde trataría de llevar a
la realidad. También fue impulsor de La liga por la cultura de Jaén,
patrocinada por don Lope de Sosa y dirigida por Alfredo Cazabán Laguna.
Una muestra de su agudeza
con la pluma está en sus contradictorias composiciones "Jaén, bella
población" y "Jaén, infame lugar". Se cuenta que estas dos
piezas están relacionadas con una ocasión en que, al inicio de su carrera
política, se presentó como diputado a las Cortes por Jaén. Con el objetivo de
ganarse el voto de la población jiennense, escribió la primera composición,
pero al no ser apoyado como hubiera deseado, dedicó la segunda composición
tanto a la ciudad como a sus gentes.
José de Prado y Palacio
influyó en la expansión y modernización de Jaén mediante el diseño del eje
urbanístico del Paseo de la Estación y la construcción a lo largo de su traza
del Museo Provincial, el Asilo, la Biblioteca Provincial y los edificios del
Gobierno, así como el característico monumento de la plaza de las Batallas,
dedicado a conmemorar las victorias de las Navas de Tolosa y de Bailén,
adornado con fundidos en bronce de Jacinto Higueras.
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