viernes, 18 de enero de 2019

Piedad de Jaén



Nuestra Señora de la Piedad, como así se conoce a este grupo escultórico, es propiedad de la Diputación Provincial de Jaén, cedida por esta a la Pontificia y Real Cofradía del Santísimo Cristo Yacente y Siervos de Nuestra Señora de la Soledad, lo que hace que dicha imagen sea venerada en la capilla de su propiedad en la Basílica Menor de San Ildefonso.
 
Esta imagen se ajusta al modelo que muestra el cadáver de Cristo, sentado en el suelo y con la cabeza sostenida por su madre. Ambas imágenes son de talla completa, destacando el sereno rostro de María, de edad avanzada y con la mirada perdida. Del Cristo habría que resaltar su modelado anatómico sin apenas golpes, que sólo muestra las heridas en manos, rodillas, pies y frente.

Se desconoce al autor de esta obra, aunque se sospecha que proviniera de la escuela valenciana de la época, en el año 1918. Se comenta que la imagen fue donada por don Manuel Villar Muñoz y doña Concepción de la Fuente al Hospital de San Juan de Dios de la capital. Allí quedó constancia de una lápida de mármol en la que figuraba la siguiente inscripción: “…Este altar fue donativo/del Sr. D. Manuel Villar Muñoz/y su señora doña/Concepción de la Fuente/Año 1918…” Un año más tarde fue reconstruida el Altar Mayor de la Capilla del Hospital.

Ya en 1930, Nuestra Señora de la Piedad realizó su primera estación de penitencia de la mano de la Antigua, Insigne, Venerable y Real Congregación del Santo Sepulcro de Cristo y de Siervos de la Orden Tercera de Nuestra Señora de los Dolores, dentro del grupo escultórico de El Calvario, rodeada del Buen Ladrón Dimas y Mal Ladrón Gestas.

Durante la guerra civil española, pudo salvarse de las piras iconoclastas de la misma, reapareciendo en 1945, y saliendo de su casa, al pie de una Cruz Desnuda, en la procesión oficial del Santo Entierro organizada por la Cofradía de la Soledad. Un año más tarde, desfiló en la primera salida procesional de La Antigua e Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo de la Clemencia, Nuestro Padre Jesús de la Caída, Santa María Magdalena y María Santísima del Mayor Dolor.

Desde 1947 hasta 1993, continuaría desfilando ininterrumpidamente los años impares junto con la Cofradía de la Soledad, a excepción de los años 1963 y 1979, que no pudo salir a la calle por inclemencias meteorológicas. Excepcionalmente, en 1954, la imagen de la Piedad procesionó en Sábado Santo en un acto organizado por todas las cofradías, idea que no llegó a implementarse.

Durante décadas, la imagen se veneraba al culto en la Capilla del Hospital de San Juan de Dios y era trasladada en Cuaresma a la Iglesia de San Ildefonso para procesionar desde este lugar gracias a la inestimable colaboración de don Rafael Ortega Sagrista. En 1978, año del cierre del Hospital, la imagen fue trasladada definitivamente a la Basílica Menor de San Ildefonso.

El paso de Semana Santa estaba formado por la imagen de Nuestra Señora de la Piedad en la parte delantera acompañada de una Cruz Desnuda en la parte trasera. Esta cruz, mientras tanto, sujetaba una sábana blanca con dos escaleras apoyadas en el reverso de la misma.

Durante sus actos procesionales, a Nuestra Señora de la Piedad le han sucedido diferentes hechos ajenos a ella. La primera más reseñable data del año 1951. Justo cuando la procesión caminaba por la calle Campanas, un joven resultó electrocutado, muriendo al instante. En 1969, al trono de la Señora se le rompió la dirección, que durante esos años iba a ruedas, quedando estacionado en la calle Virgen de la Capilla. Dos años más tarde, Nuestra Señora de la Piedad procesionó acompañada de San Juan Evangelista, idea que no fue del agrado de la familia cofrade de la ciudad. 

La idea de dejar de procesionar a la imagen en 1993 se debió a cuestiones coyunturales y a su pésimo estado de conservación. En los últimos años, en el seno de la hermandad existió una corriente positiva que buscaba volver a sacar a la calle a la querida imagen. De hecho, en 2017, Nuestra Señora de la Piedad presidió el Via Crucis que cada año organiza, para el Miércoles de Ceniza, la Agrupación de Cofradías de la capital del Santo Reino, después de un profundo proceso de restauración llevado a cabo entre 2014 y 2015.

Finalmente, en el año 2019, el grupo escultórico de Nuestra Señora de la Piedad vuelve a procesionar por las calles de su barrio, San Ildefonso, por esa inigualable calle Bernabé Soriano, y por esa zona catedralicia que durante tanto tiempo la vio pasar.

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