viernes, 19 de octubre de 2018

En el olvido: Teatro Cervantes


Sobre los terrenos de la antigua alhóndiga y el antiguo cuartel de San Rafael, o, mejor dicho, en la confluencia de la actual calle de Bernabé Soriano y Plaza de la Constitución, Jaén tuvo el placer de disfrutar de uno de los edificios, aún en la actualidad, más añorados por sus ciudadanos.

La creación del edificio se vio motivado por un incendio que se produjo en la feria de agosto de 1904, en la caseta de teatro de madera y lona instalada en la plaza del Mercado. Habría que recordar que Jaén, en aquella época, desde la desaparición del Teatro Principal, la ciudad carecía de un espacio fijo destinado a este género, recurriendo a instalaciones ambulantes como la que se calcinó.

Meses más tarde, la iniciativa privada motivó la creación de la denominada “Sociedad Anónima Constructora de 1905”, con un capital inicial de 25000 pesetas, para la construcción del nuevo teatro. La obra, por concurso, fue encargado al arquitecto malagueño Manuel Rivera Vera, con ayuda del escenógrafo murciano José Montesinos para el proyecto de la escena.

El 26 de septiembre de 1907 fue la fecha elegida para la inauguración del Teatro Cervantes, con la representación de las piezas “Sancho Ortiz de las Roelas”, de Lope de Vega, y “El Viejo Celoso”, de Miguel de Cervantes, a cargo de la compañía Jiménez Villagómez.

El exterior del inmueble fue diseñado bajo los rasgos del estilo modernista, destacando los ventanales, los arcos, las cornisas o las molduras de la misma. Aunque lo más destacado era su bóveda, vista desde distintos puntos de la ciudad.

El interior tenía una capacidad para unas 436 butacas, 136 asientos de palco, 216 de anfiteatro y 350 en general. El techo estaba decorado con una pintura de gran formato titulado “Homenaje a Cervantes en el Olimpo”, obra del pintor malagueño Enrique Vivó mientras que el telón de lujo era copia de un cuadro de Antonio Gisbert “Don Quijote en la Casa de los Duques”.

Indudablemente el Teatro Cervantes se convirtió en un referente en la vida social de la ciudad. Por él desfilaron los actores y compañías más importantes de la época. A partir de 1927 comenzaron a proyectarse películas de cine, fue escenario de juegos florales, de algunos recitales o incluso de mítines políticos, como los que realizó personajes políticos como Blas Infante o Primo de Rivera.

Como acontecimientos destacables, Federico Mendizábal estrenó en el teatro su obra “Canto a Jaén”, con música del maestro Emilio Cebrián Ruiz el 19 de octubre de 1933, con tal éxito que se repitió varias veces. Ya en 1937, en plena Guerra Civil, Miguel Hernández estrenó su obra “El Refugiado”.

Durante los años sesenta, el edificio sufrió una lamentable reforma afectando a su fachada, modificándose la esquina de taquillas, levantándose una estructura en la que se ubicó el restaurante Ideal Bar, y remodelándose la entrada principal, alterando de forma negativa las líneas modernistas de la obra original.
 
En el año 1967 el teatro tuvo que cerrar y sacado a subasta a finales de 1968, con algunas voces críticas, pero sin ningún colectivo que se opusiera frontalmente frente al régimen franquista. Jaén sufrió una política muy agresiva y extremadamente especulativa que dañó irreparablemente el entorno de La Carrera con la desaparición también de edificios historicistas y regionalistas del último tercio del siglo XIX y finales del XX.

Su orden de demolición se dictó en 1972, iniciándose su demolición definitiva en julio de 1975, convirtiendo esta joya arquitectónica en un solar donde se levantó posteriormente un edificio de pisos.

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