La construcción de dicho monumento fue diseñada por Andrés de Vandelvira, cuya fecha de finalización data de 1561, siendo obispo Don Diego de los Cobos y mayordomo de la iglesia Don Diego de Victoria. Aunque la parroquia fue suprimida en 1843, el templo quedó abierto hasta 1874, fecha en que se procedió a su venta y posterior demolición.
El templo, también con fuertes influencias del gótico final, era de factura similar a los de San Bartolomé y San Andrés, con planta basilical, tres naves separadas por triple arco formero y ábside semicircular en la cabecera. Esta se cubría con artesonado de par y nudillo y en la decoración, tanto interior como exterior, se advertían detalles gótico-mudéjares. En sus altares y capillas hubo colgados bastantes lienzos y hasta existió una imagen dedicada a San Acacio y la imagen de Nuestra Señora del Socorro que se veneraba en su propia capilla.
El diseño de la portada de inspiración siloesca ya fue desarrollado en el cuerpo inferior de la portada de los pies de el Salvador de Úbeda. El primer cuerpo lo componen un par de columnas corintias sobre pedestales a cada lado del vano central, con dos nichos superpuestos en sus intercolumnios, entablamento liso y en el segundo cuerpo una estructura de San Miguel flanqueada por pináculos. En el entablamento está escrita la siguiente inscripción: “Esta portada se acabó en el año 1561 siendo obispo de Jaén el muy Ilmo. y reverendísimo Sr. D. Diego de los Cobos”.
De San Miguel aún persisten entre las viviendas contiguas el ábside de la iglesia con ventanas de ladrillo, la cripta, una de las capillas laterales, parte de la torre, el muro lateral de la sacristía, algunas ménsulas de la nave central y su hermosa portada.
En el año 2010 se intentó rehabilitar el edificio para transformarlo en sede del Archivo Histórico y Administrativo Municipal, sin éxito.
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