Durante el tercer domingo de septiembre la capital disfruta de la romería de la Virgen Blanca en uno de los barrios de la periferia de la capital, concretamente en el paraje de la Imora.
Esta advocación mariana se remonta al siglo XIV, concretamente en el año 1527, ya que existe un legajo de dicho año que dice "...los vecinos de aquel termino ayuntáronse con otros del cuerpo de
la ciudad en nombre de congregación o hermandad, a voz de la cual se
hacen cargo dos o tres con el nombre de hermanos mayores..." aunque se desconoce cómo se originó.
Dice la tradición que la imagen la encontró un labriego en La Imora mientras araba. A partir de ahí, para tributar culto a la Virgen Blanca debido también al auge que fue tomando, se levantó una humilde ermita que se colocó bajo la advocación de Santa María la Blanca. Cabe la posibilidad que esta ermita estuviese situada entonces en lo que actualmente se conoce como Casería de las Palmeras donde en el siglo XIX se trasladó a su actual emplazamiento.
La ermita actual es una construcción de planta rectangular dividida en dos partes: Iglesia y Sacristía. La Iglesia tiene una bóveda de cañón y carece de ventanas en las
paredes, estando iluminada por un ventanal semicircular que hay en la
fachada.
Desde entonces, muchos jiennenses disfrutan de esta romeria en el que se traslada a la imagen desde la Iglesia de Santa María Madre de la Iglesia, en el barrio de las Fuentezuelas, hasta su ermita y allí, en el cerro, se celebra una misa de campo y una procesión por
el paraje de la Imora.
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