viernes, 12 de noviembre de 2021

Jaén en la II República: 1931-1936

 

Tanto en la capital del Santo Reino como en el resto de España se vivía una época de crispación política entre los que pedían un cambio social y económico que acabara definitivamente con el poder oligárquico en España y los que luchaban por defender su posición privilegiada, como la iglesia o el ejército. De este modo nació una II República el 14 de abril de 1931 propiciada por la caída de la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera y el descrédito de la Monarquía.

Dos días antes, el 12 de abril, se celebraron unas elecciones que permitieron la entrada en el poder a los partidos que luchaban por un cambio en las instituciones, de las que Jaén votó masivamente por la entrada de los representantes de la clase trabajadora en las cortes españolas convirtiéndose así, simbólicamente, en una ciudad cercana a la república que se avecinaba.

Desde entonces y hasta 1936 en la ciudad se vivía cierta tensión por las contradicciones de su sociedad y por el posicionamiento claro hacia bandos que, más que unir, lo que provocaban era que aumentara las radicalizaciones.

El 18 de abril de 1936, los militares más conservadores del ejército se levantaron en armas contra el gobierno que democráticamente había elegido el pueblo. En la capital intentaron tomar los edificios públicos más representativos, como el actual Palacio Provincial, que por aquella época albergaba las principales instituciones políticas y de seguridad, y el Palacio del Ayuntamiento.

El escaso número de militares, la indecisión del responsable de la Guardia Civil en la provincia, el teniente coronel Iglesias, a la hora de entregar las armas a los rebeldes y el enorme apoyo con el que contaba el Comité Provincial del Frente Popular, provocó que el intento de golpe de Estado fuera un auténtico fracaso.

La república estaba alerta y prevenida con anterioridad. De hecho, el 14 de junio de ese mismo año, el Gobierno Civil se reunió para coordinar todas las acciones que fueran necesarias para controlar a las fuerzas derechistas de toda la provincia para así impedir, de este modo, al famoso alzamiento militar.

Durante la república, Jaén tuvo hasta cuatro alcaldes de diferente ideologías, a saber: Pedro Lópiz Llópiz (entre mayo y julio de 1931), José Morales Robles (entre julio de 1931 y octubre de 1934), Melchor Cobo Medina (entre octubre de 1934 y febrero de 1936), por segunda vez José Morales Robles (entre febrero y junio de 1936) y José Campos Perabá (entre junio de 1936 y final de la Guerra Civil).

Don José Morales Robles pertenecía, desde muy joven, a la UGT y al Partido Socialista Obrero Español. Fue gerente del diario liberal La Libertad y también dirigió un diario socialista de corta existencia. Ya intentó en 1920, a través del PSOE, acceder a las cortes españolas, pero no resultó elegido. Durante la dictadura de Primo de Rivera su posición fue excesivamente crítica contra el régimen apoyado por Alfonso XIII.

En 1929 fundó el periódico Democracia, del cual fue director y propietario hasta en 1932, época en que lo cede a sus trabajadores para que él pudiera acceder al Ayuntamiento de Jaén, del que fue alcalde en varias ocasiones. Durante la república también fue detenido en 1934 y desterrado al municipio cordobés de Zuheros.

En 1936 fue de nuevo alcalde de Jaén, pero al inicio de la guerra se exilió a Francia. Tiempo después, en 1938, el bando republicano de la capital recibió la noticia de que don José Morales murió en el país vecino, sin especificar la ciudad exacta.

Don José Campos Perabá, en cambio, ingresó en 1929 en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, formando parte de su directiva diez años más tarde. En 1931 se incorporó al Partido Republicano Radical Socialista, puesto que le permitió ser cuarto teniente de alcalde de la ciudad. En ese mismo año fue miembro de la comisión nombrada para hacerse cargo provisionalmente del Gobierno Civil de Jaén. Un año más tarde, Abandona el Partido Republicano para afiliarse al PSOE. En 1936, por enfermedad de don José Morales Robles, se convirtió en alcalde de la ciudad hasta el final de la Guerra Civil.

Al finalizar la misma salió de Jaén rumbo a los puertos de Alicante o Cartagena, pero el 4 de septiembre de ese mismo año fue detenido en el municipio granadino de Baza, siendo trasladado a la cárcel de Granada. De ahí fue trasladado a la Prisión Provincial de Jaén donde fue condenado, en Consejo de Guerra, a la pena de muerte. El 24 de febrero de 1940, a la edad de 42 años, fue fusilado en las tapias del Cementerio de San Eufrasio.

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