El
trasfondo de la leyenda del lagarto de la Magdalena, de la Malena o de Jaén
radica en que el diseño de la ciudad antigua se asemeja al cuerpo de un enorme
dragón, es decir, los principales puntos de esa constelación del dragón se
asemeja a los espacios donde se encuentran levantadas las principales iglesias
de la capital del Santo Reino.
La
leyenda habla de un gran lagarto que se escondía en una cueva cercana al raudal
de la Magdalena que atemorizaba a la población y que fue asesinado por un héroe
haciéndolo reventar con explosivos. Ésta es una variante más de una extendida
leyenda continental que habla de un dragón vencido por un héroe. La diferencia entre
la leyenda general y la de la capital es que, en esta última, el dragón tomó
forma de lagarto o cocodrilo.
Este mito tiene tanta repercusión sobre nosotros que de hecho se encuentra representado en el escudo de la Catedral de Jaén, grabado en piedra en la Antesacristía, donde se puede ver a la Virgen María con el niño en brazos, sentada en un banco o trono, encima de un dragón que está posado en un monte rodeado de murallas. La escena parece transmitir que la Virgen María domina al dragón sin mayor problema, mientras que el monte con murallas parece dibujar la ciudad de Jaén. Quizá quiera transmitir este escudo algún secreto de nuestra ciudad vieja.
Para
centrarnos en la geografía urbana de la ciudad, el casco antiguo se sitúa en el
lado este del cerro de Santa Catalina, alargándose dirección norte-sur bordeando
la ladera del monte. Era un espacio protegido por murallas, que luego se amplió
para salvaguardar el arrabal de San Ildefonso. La ciudad siempre ha sido
atravesada por un eje vertebral, antiguamente conocida como Maestra Baja, que
discurría entre la Plaza de la Magdalena y la Plaza de Santa María.
Anexa
a ésta se encuentra la Iglesia de la Magdalena, el Convento de Santo Domingo, la
Iglesia de San Juan, la Iglesia y Santa Capilla de San Andrés, la Iglesia de San
Bartolomé, el Arco de San Lorenzo, la Iglesia de la Merced y la renacentista
Catedral de Jaén. Fuera de la ecuación se encuentran la desaparecida Iglesia de
San Lorenzo y la Iglesia de la Merced, al pertenecer éstas a otro eje importante
antaño llamado Maestra Alta.
Si
se unen en un mapa estos puntos mediante líneas rectas se obtiene una figura
muy parecida a la constelación del Dragón. Ésta incluye una prolongación
definida como cola del dragón. Si esa línea, sobre el mapa, se dibujara, daría
a parar al Castillo de Santa Catalina, espacio donde se encontraba la iglesia
más antigua de Jaén, la desaparecida Parroquia del Salvador.
La
apariencia que se dibuja sobre el plano de la ciudad es más alargada que la de
la constelación, pero es parecida en forma, proporciones y ángulos respecto a
la figura original que se forma entre las líneas que unen los distintos puntos.
La
razón por la que nuestro supuesto dragón sea un poco más alargado se debe al
denominado numero de oro. Por lo tanto, nuestro dragón sería de oro, y como
este animal quería ser aún más grande, se puede decir que su extensión puede llegar
hasta la Basílica Menor de San Ildefonso, donde se encuentra la patrona de la
ciudad, la Virgen de la Capilla.
Si
se unen los cuatro puntos extremos del dibujo, es decir, La Basílica Menor de
San Ildefonso, la Catedral de la Asunción de Jaén, la Iglesia de la Merced y la
Iglesia Parroquial de la Magdalena también veríamos dibujado sobre el mapa la
conocida como Cruz de Oro. De hecho, son los únicos templos del Jaén Antiguo
que tienen torres con campanarios o remates octogonales y están bajo la
advocación o culto de Santas Marías.
En la parte exterior de la Antesacristía de la Catedral de la Asunción, en la fachada junto a la Portada Meridional dedicada a esta, existe otro escudo catedralicio en el que el dragón tiene alas y la Virgen con el Niño está sentada en las nubes, al contrario que en el otro grabado anteriormente explicado. Por tanto, se puede deducir que la imagen de la Virgen de la Capilla está representada en ese escudo, quizá demostrando que la Iglesia de San Ildefonso es una pieza clave de este misterio y que el escudo informa del extraordinario diseño de la ciudad que aún se mantiene en pleno siglo XXI.