La
reja, obra de Maestro Bartolomé, pertenece a un período de transición entre el Gótico
y el Renacimiento o, lo que es lo mismo, al período comprendido entre 1490 y
1530. Presenta estructuras de grandes proporciones diferenciadas en dos cuerpos,
de mayor altura el primero, separadas por una franja intercorporal corrida o
que a veces sube en el centro para marcar el dintel de la puerta.
A
su vez están divididos en tres calles semejantes de la que destaca la central
por estar en ella la puerta. Posee un barrotaje muy variado, fajas intercorporales,
frisos y en los remates aparecen formas renacientes hechas en chapa doble calada.
Por último, los ornatos y los redropies son casi siempre muy goticistas.
La
función de la reja es la de cerrar o abrir la Capilla de la Purísima Concepción,
cuya entrada contiene un arco de medio punto. La reja se alza sobre un pequeño
zócalo interrumpido en el centro. En ella descansa el primer cuerpo de la obra,
un espacio de tres calles formada por cuatro barrotes capitales cuadrillados y
decorados con formas vegetales doradas. Las dos calles laterales presentan ocho
barrotes torsos de escisión central romboidal, que en cuatro de ellos,
alternados, se complica en forma de ojiva, mientras que en el resto hay
pequeñas lanchas con decoración vegetal.
En
la calle central se encuentra la puerta en forma de arco de medio punto, con ocho
barrotes torsos, idénticos a los de los laterales, pero flanqueados por dos más
gruesos. El arco del hueco de la puerta está decorado por motivos vegetales
dorados y dos angelitos a modo de enjustas o alfiz. Sobre ella se encuentra la
parte central de la faja intercorporal, elevado para facilitar la forma
arqueada.
El
conjunto en sí, dorada y pintada, está flanqueada por dos formas curvilíneas
iguales a las ménsulas o las rocallas y que, a su vez, están sujetas por los
angelitos. La faja intercorporal basa su decoración en formas vegetales
repetidas y afrontadas a modo de candelieri.
El
segundo cuerpo contiene también tres calles flanqueadas por cuatro barrotes
capitales torsos, siendo los dos extremos más largos, que a su vez están
divididos en dos partes y decorados en la parte central por unas mazorcas doradas.
Los dos barrotes capitales centrales son más cortos por la franja intercorporal
en su calle central.
Las
dos calles laterales tienen ocho barrotes cada una que combinan las formas
cuadrilladas en su primer tercio con los torsos de los dos tercios inferiores
con escisión romboidal a la altura del primer tercio empezando por abajo. El
paño central representa el abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta
Dorada, donde aparecen enlazando sus manos con un ángel sobre sus cabezas. A
los lados se encuentran dos hombres y dos mujeres. En ella se puede apreciar el
estudio de las anatomías y los volúmenes y el intento de plasmar el movimiento.
Sobre la escena cuelgan unas guirnaldas y demás motivos vegetales.
El
segundo cuerpo está rematado por un friso decorado con formas vegetales y
animales que se repiten a lo largo de todo él en una labor calada y de
filigrana de hierro. El friso está dividido en tres partes y manifiesta, en
cuatro figuras humanas, que descansa en los barrotes capitales del cuerpo inferior.
El
remate de la obra es una representación del Árbol de Jessé, o árbol genealógico
de María, que arranca en la figura de David yacente sobre el friso en el centro
de la composición. Respecto a la ascendencia de la Virgen, sólo aparecen representadas
doce de las veintiséis generaciones como frutos del árbol.
Esta
última parte del conjunto está hecho a base de formas curvas o volutas de hierro
en las que se entrelazan las formas vegetales y humanas en hierro repujado,
dorado y coloreado, dando así un aspecto variado y rico. Posee doble ornamentación,
es decir, las figuras se repiten tanto en el interior como en el exterior de la
capilla.
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